“El Partido Popular (PP) ha elegido el silencio ante la exhumación del dictador porque su origen es franquista”, afirma el autor de este artículo, que hace hincapié en la necesidad de reparar a cientos de miles de víctimas una vez que se ha conseguido exhumar a Franco del Valle de Los Caídos.

Opinión de Xavier Caño Tamayo.

La momia del dictador Franco ya está en el cementerio de Mingorrubio y no en el Valle de los Caídos. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para establecer la verdad, justicia y reparación con las víctimas de la dictadura. Mucho.

La izquierda ha calificado la exhumación de buena noticia y victoria para quienes han luchado por la memoria histórica durante cuarenta años, pero han recordado que aún no se ha hecho justicia con las víctimas, pues hay más de 115.000 españoles y españolas en fosas comunes y cunetas que hay que localizar, exhumar, identificar y volver a enterrar dignamente. Además, persisten actitudes franquistas y autoritarias, en las instituciones españolas, en la política nacional, regional y municipal, algo que no sucede en países que fueron dictaduras totalitarias como Alemania bajo el dominio nazi o la Italia fascista de Mussolini.

En tanto la izquierda celebra que por fin se hayan exhumado los restos del dictador y sacado del Valle de los Caídos, el Partido Popular (PP), una de las bases del régimen monárquico bipartidista, ha optado por el silencio. Su líder, Pablo Casado, viene a decir que no tenemos que reescribir la historia, refiriéndose así al horror de la guerra civil, consecuencia de una rebelión de generales, y a la larga dictadura violadora de todos los derechos que le siguió. Eso es pretender ventilarse de un plumazo una de las mayores amalgamas de crímenes de guerra, de lesa humanidad y represión sistemática que supuso la victoria de las tropas de Franco y la subsiguiente dictadura.

El PP ha elegido el silencio ante la exhumación del dictador porque su origen es franquista. No hay que olvidar que el PP se fundó en 1989 a partir de Alianza Popular, una organización política creada por seis ex-ministros franquistas: Fraga Iribarne, Martínez Esteruelas, Silva Muñoz, López Rodó, Fernández de la Mora y Licinio de la Fuente. Y, que en marzo de 1977, en el congreso en el que Alianza Popular se convirtió en partido político, se reivindicó abiertamente la memoria y la actuación del dictador ante 3.000 afiliados que clamaban enfervorecidos: “¡Franco, Franco, Franco!”, como en los mejores tiempos de la dictadura.

Negativa a condenar la dictadura

Por su innegable origen franquista, el PP nunca ha condenado la dictadura, aunque el Congreso sí lo ha hecho en seis ocasiones. A la formación política se le vio el plumero de su origen franquista cuando, en 2003, se negó a sumarse a los demás grupos parlamentarios del Congreso cuando promovieron un homenaje a las víctimas del franquismo en los 25 años de la Constitución, aunque Pablo Casado presuma hoy de ‘constitucionalista’. Unos meses después el PP impidió aprobar la anulación de los ilegítimos juicios políticos del franquismo.

En 2007 el PP votó contra la ley de memoria histórica y en octubre de 2013 impidió que prosperara una propuesta de CiU, PSOE, IU, UPyD y UPN que instaba al Gobierno a tipificar el delito de apología del franquismo y de cualquier fascismo. En 2013, el PP rechazó la propuesta de declarar el 18 de julio Día Oficial de Condena de la Dictadura y en 2015 el PP fue el único grupo que rechazó instar al Gobierno a retirar símbolos franquistas, rebautizar calles y plazas aún con nombres franquistas y revocar los honores y títulos que el Estado concedió a Franco, familiares y seguidores.

En octubre de 2017, el grupo parlamentario En Comú Podem registró en el Congreso otra propuesta para que la exaltación y apología del franquismo fueran delitos, pero, gobernando Mariano Rajoy, el PP impidió que la propuesta prosperase.

En 2017, el PP votó contra la proposición no de ley del PSOE que instaba al Gobierno a exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos en cumplimiento de la ley de memoria histórica y en 2018 el PP se abstuvo en la votación del Senado que condenaba rotundamente el franquismo y cualquier exaltación del mismo.

Son evidentes las que fuentes tóxicas de las que bebe el PP por más que, obedeciendo a sus asesores de imagen, ahora se dejen barbas informales y suavicen el lenguaje en precampaña electoral para parecer moderados. Pero, aunque la mona se vista de seda, mona se queda y el PP no puede ocultar su origen y espíritu franquista. Autoritario.

La injusticia perpetrada durante décadas con las víctimas de la dictadura franquista, que la ONU ha denunciado de nuevo, es una asignatura pendiente de extrema gravedad que hay que afrontar y resolver cuanto antes.