A pesar de ser un año atípico, en 2020 se registraron en México más de 300.000 accidentes de tránsito terrestre, según el INEGI.

Artículo de Sonia Elizabeth Ramos-Medina *

Cada año mueren en el mundo cerca de 1,3 millones de personas en accidentes de tránsito y provoca daños o incapacidad a 50 millones, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es esta la principal causa de mortalidad de jóvenes entre de 15 y 29 años.

Estas estadísticas se intentan recortar con nuevas medidas a través de la resolución (A/RES/74/299). Con “Mejora de la seguridad vial mundial”, la Asamblea General de la ONU proclama el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, actualizando con ello el objetivo de prevenir al menos al 50% las cifras de decesos y lesiones por accidentes para 2030, una meta que se había planeado para 2020.

A pesar de ser un año atípico, en 2020 se registraron en México 301,678 accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y suburbanas, según el INEGI.

Los datos sobre accidentes de tráfico plantean una reflexión sobre una medida que podría ayudar a prevenir accidentes: cómo aprendemos a conducir.

Mexicanos al volante

Como en muchos casos, mis padres se dieron a la tarea de enseñarme nociones básicas de conducción, con ellos realicé mis primeras prácticas en estacionamientos y calles poco transitadas. En efecto, esta costumbre estaba altamente difundida entre los nuevos conductores de aquella época, tanto que algunas estimaciones revelan que el 90% de los automovilistas en México han aprendido con la ayuda de un familiar. Nuestros familiares hacen su mejor esfuerzo, pero es claro que ellos no son expertos en leyes y reglamentos de tránsito.

En mi experiencia, obtener la licencia de conducir fue un proceso realmente sencillo: acudí a la oficina de tráfico, rellené un formulario, entregué la documentación y pago de derechos correspondiente, realicé un examen teórico y en cuestión de minutos tenía la licencia en mis manos. En aquel momento no era obligatoria la aplicación de exámenes médicos, prácticos, ni poseer una póliza de seguro.

Fuera de México: conducir en el extranjero

El permiso de conducir nos habilita a circular libremente por territorio nacional, pero, en caso de ser necesario ¿nuestra licencia nos habilita para conducir en el extranjero? Estados Unidos, por ejemplo, autoriza a los visitantes de corta duración a conducir un automóvil propio, rentado, o prestado con la licencia vigente expedida en México hasta por un periodo de 3 meses. Para conducir en algunos Estados de ese país, se requiere un permiso internacional que es básicamente una traducción de la licencia de conducir.

Para los residentes de larga duración en el extranjero, hay que seguir un procedimiento diferente. En España, por ejemplo, no es posible el canje del permiso de conducir mexicano, por lo que es indispensable realizar el proceso como si fuera la primera vez que lo obtienes. Esto es debido a la ausencia de un convenio bilateral, internacional, o acuerdo parcial para el reconocimiento mutuo y homologación de licencias entre México y España, según lo publica la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER). Una de las razones principales por la que estos convenios no han podido celebrarse radica en el proceso laxo para obtener el permiso de conducir en México. Estos procesos varían al interior del país, cada Estado tiene potestad para regular la expedición/renovación de licencias para conductores, lo que implica diferencias en el proceso, requisitos, vigencia y costes.

En Latinoamérica los procesos para obtener una autorización oficial para conducir también varían entre países. Los permisos de conducir expedidos en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Perú, Paraguay y Uruguay pueden homologarse en España gracias a la celebración de convenios bilaterales.

Algunos procesos son más estrictos, pero lo fundamental radica en una armonización a nivel nacional y el establecimiento de nuevos estándares en la aplicación de exámenes médicos, teóricos y prácticos tanto para la obtención, como para la renovación del permiso de conducir para que este proceso contribuya a la reducción de accidentes. Éstos deberían estar diseñados para asegurar que el automovilista ha adquirido las capacidades, conocimientos y habilidades necesarias para la correcta conducción del vehículo, independientemente del lugar en el que resida. En general, elevar los estándares del procedimiento para obtener una licencia de conducir debería estar ampliamente aceptado y justificado por su enorme importancia en términos de prevención de accidentes y beneficios para la movilidad. Con ello evitamos que se perciba como un gasto innecesario, puesto que aprender a conducir es mucho más que desplazarse en un vehículo.

Avances en México en materia de movilidad

En México se han hecho avances en materia de Movilidad y Seguridad Vial para la mejora de los procesos de expedición de licencias, quizá el mas notorio es la introducción de las escuelas de manejo, pero aún hay mucho trabajo por hacer. Sobre todo, se requiere de acciones que permitan acercarnos al cumplimiento del objetivo global de reducir las cifras de decesos y lesiones por accidentes. Nuestra colaboración como ciudadanos consiste en conducir con apego al reglamento de tránsito, ¡no lo olvidemos!


Sonia Elizabeth Ramos-Medina

* La autora es miembro de la Red Global MX Capítulo España