Marigui y Andrea están al frente de Mr. Tofu, una franquicia de productos veganos en el Estado de México. En ascenso a nivel mundial por la crisis ecológica y ética, sumado a problemas de salud, el ‘veganismo’ en México empieza a aflorar con iniciativas como ésta de las hermanas Fabre.
Por David Somellera *.
MADRID, España.- “Crecimos en un mundo en donde te daban carne, pollo o pescado sin preguntarte”, dice Marigui Fabre sobre la forma en que las viejas generaciones alimentaban a sus hijos. Nunca le gustó la carne, por lo que se volvió vegetariana hace 13 años. Hace siete años dio un paso más y se convirtió en vegana tras haber investigado sobre el impacto en la producción de leche y huevos.
Marigui Fabre en su tienda
Mr. Tofu es una tienda que empezaron unos hermanos veganos en Monterrey que comenzaron a importar productos veganos de Estados Unidos, a dos horas en coche. Al conocerlos por Internet, Marigui y su hermana Andrea vieron que ofrecían una franquicia y decidieron poner su tienda en el Estado de México para vender productos nacionales e importados.
“Se trata de crear una nueva conciencia sobre de dónde vienen las cosas con las que nos alimentamos”, dice sobre este movimiento reflejado en su tienda, que vende productos que no tienen origen animal.
Con esto ayudamos a que no se exploten las especies que ya hay, y que no se acaben las que están en riesgo. Cada paquete de salchichas veganas que vendo es un paquete de salchichas de cerdo que no se compran.
¿Cuáles son las enfermedades que has estudiado asociadas al consumo de carne y qué alternativas se dan desde el veganismo?
Por el tema de las hormonas en los animales es proclive en mujeres el cáncer de mama y el cáncer cervicouterino. En los hombres el cáncer de próstata y el cáncer de colon se dan por las partículas de origen animal que se pudren dentro del estómago, mientras que las partículas de origen vegetal se fermentan, pero no se pudren. Las alergias vienen por mucosidades provocadas por el consumo de leche. El colesterol tapa las células, afecta a la presión arterial, al corazón, infartos, diabetes. El consumo de pollo puede generar resistencia a los antibióticos cuando les han dado estos medicamentos. Mientras sigan comiendo carne habrá más enfermedades.
¿Podrías definir el veganismo y decir en dónde surge este movimiento?
Los principios del veganismo se basan en el fin de le explotación animal para el uso humano. El término lo acuñaron los ingleses Donald Watson y su esposa en 1944. Crearon una asamblea vegetariana después de haber visto la explotación que sufrían los animales de granja. Es estas reuniones expusieron sus argumentos de injusticia del sistema de explotación ganadera. Así se originó lo que se conoce hoy como Vegan Society.
¿A quiénes consideras referentes del movimiento animalista?
La gente interesada en estos temas debería de revisar por lo menos los argumentos y acciones de tres activistas. El primero es Gene Baur, americano que actúa en pro de los derechos animales e iniciador del movimiento de las granjas santuario que sirven para animales rescatados. El segundo es el activista y conferencista Gary Yourovsky, también americano. El tercero es el australiano filántropo y activista Philip Wollen. Este último es productor del documental Earthlings o terrícolas, narrado por el actor Joaquín Phoenix, vegano desde hace años. También recomiendo revisar el documental What the Health, producido por el mismo actor que muestra la corrupción dentro del sistema de salud norteamericano.
¿Cómo influye el género en esta lucha?
Según mi experiencia hay más mujeres. En México, la senadora Jesusa Rodríguez apoya la causa y también es feminista. El feminismo y el veganismo van de la mano, la industria de leche y huevo explotan a las hembras por sus aparatos reproductivos, por lo que hay un amplio sector de mujeres veganas que se catalogan como feministas antiespecistas. Porque el especismo es como el sexismo o el racismo, formas de considerar a los “otros” seres inferiores.
¿Cómo crees que se pueda incorporar la idea del consumo ético en la educación?
En algunos países de Europa han reducido o quitado los lácteos de la pirámide nutricional, modificaron las carnes rojas por pescado. La alimentación es un tema político y, mientras haya intereses económicos, no va a importar la alimentación de las personas. Detrás del consumo de carne hay un gran negocio que está por encima de la salud de las personas para los políticos.
¿Cómo podrías desmontar la alimentación tradicional con argumentos a favor de una dieta basada en plantas?
La proteína no solo está en la carne, sino también en la espinaca, en la lechuga y en verduras y legumbres. La leche no es imprescindible para la nutrición. Previo a la llega de los españoles, en México no se conocía la leche, no había vacas. Nadie necesita leche salvo los becerros, hasta los pediatras te dicen que después de los 3 años ya no es necesario que los niños tomen leche de vaca. Las campañas antiguas decían que la leche tiene calcio y que la carne tiene proteína, pero tienen más proteína los frijoles que la carne. La dieta en el México prehispánico era bastante vegetariana. Comían lo que daba la milpa, principalmente era una dieta basada en el frijol, maíz y calabaza. Cuando llegaron los españoles introdujeron el cerdo. La carne de este animal sustituyó la dieta prehispánica y desde ahí reinó el caos.
¿Qué papel juegan las grandes tiendas y supermercados como Wal-Mart, Superama o Chedraui en la promoción de una dieta vegana?
En algunas tiendas ya hay una sección en donde venden mantequillas, leches, yogures y quesos veganos. Esto quiere decir que ya hay más gente que lo está buscando y por lo mismo baja el precio. El veganismo es el movimiento de cambio social más rápido que se ha dado en la historia de la humanidad.
¿Cómo puede el marketing desvirtuar este movimiento?
Vivimos en la era en donde cualquier cosa se pone de moda. Los que toman este camino es porque en verdad creen en él, no es solo llevar una dieta saludable. Es una cuestión ética, de no violencia hacia los demás seres. No es como que un día amaneces y dices: “se me antoja una hamburguesa”. Para mí eso sería pensar que tengo que matar para comer. En México vamos muy atrasados en temas de educación alimentaria. Creo que la gente no se pregunta si algo es bueno o no, por lo que se consume sin ningún tipo de responsabilidad.
¿Cómo ayuda el veganismo a crear una mejor conciencia sobre la sostenibilidad y sustentabilidad alimentaria?
La manera desmedida de producir carne puede acabar con el planeta. El 80% de la producción de granos del mundo es para que las vacas coman y sólo unos pocos coman la carne de estos animales. Creo que es mejor que se siembren los granos para que todos coman; los incendios en el Amazonas son para sembrar soya transgénica que se usa para alimentar a las vacas. Para contrarrestar esto ya hay sustitutos de carne hechos a base de plantas como Beyond meat o la marca Imposible Burger que tienen proteínas de chícharo (guisantes en España) y se ocupa una milésima parte de recursos para su producción.
Va a llegar un día en que la gente entienda que no es ético ni costeable comer carne, y en una visión futurista habrá quizá mercado negro de carne roja. Muchos deportistas de alto rendimiento están también apostando a una dieta basada en plantas. En el sur de México se comía mucha sopa de tortuga y ahora eso es imposible, espero que así pase en un futuro con la carne de algunos animales, que limiten su venta por una cuestión ética de que no es posible matar un animal para vender sus partes.
* El autor participa en Crónicas de México en España, el taller de periodismo de Espacio Méx
