Buenas, malas o inadecuadas, en México, en España o donde sea, nuestras estructuras anteriores a la pandemia nos daban un encuadre en el cual nos podíamos conectar, amar,  mover, socializar, trabajar y disfrutar de la vida. Llega el momento de reconstruirlas con el apoyo de herramientas y de trabajo al alcance de todos.

CIUDAD DE MÉXICO.- La sensación de no controlar lo que sucede en una y una nueva incertidumbre que acecha nos produce miedo, desesperanza, ira, tristeza y muchas otras emociones que nos corroen. Yo misma reconozco que he tenido pérdidas de distinta índole a raíz de esta situación. Hay que darle un lugar y espacio a nuestra vida actual para enojarnos, llorar, reconocer, agradecer para después dejar ir lo que tenga que ser para recobrar cierta paz y equilibrio dentro del caos exterior.

Desde que nos levantamos podemos comenzar a  crear esa nueva estructura que necesitamos si nos ponemos una hora para levantarnos, para ducharnos, desayunar y mover el cuerpo, que es muy importante. Se puede hacer yoga, saltar y hacer distintos ejercicios. A esto le añadiría actividades que nos causen placer y alegría. Cosas que disfrutemos. Y no solo actividades que sean cuestiones que tienen que hacerse, como la limpieza de la casa.

De acuerdo con los valores y la forma de vivir la vida de cada persona, se trata de crear un equilibrio que haga mejor a cada uno, con algunas pautas en común:

  • Ejercicio físico.
  • Relaciones familiares, con amigos, con las personas con las que estamos conviviendo.
  • Reglas claras de convivencia, tanto en pareja como en familia o compañeros de vivienda.
  • Resiliencia: manejar los obstáculos que se presentan en nuestra cotidianeidad con nuestros pocos recursos y circunstancias.
  • Espiritualidad entendida como búsqueda de sentido a lo que hacemos y lo que somos.
  • Manejo de la incertidumbre en el ámbito del miedo a lo desconocido y a una situación cambiante día a día, a la enfermedad y la posible pérdida de salud de nuestros familiares, a contagiarme y a contagiar a los demás, a la incertidumbre sobre la duración de esta excepcionalidad, a los estragos económicos y a la situación laboral y profesional y a no poder responder a las crecientes exigencias en el cuidado de menores y mayores. Todo esto produce miedo, soledad, desasosiego, ansiedad en un panorama de difícil manejo.
  • Información adecuada y fiable sobre qué hacer en caso de enfermedad.
  • Fuentes adecuadas de información.
  • Comunicación con la familia y con personas cercanas.
  • Trabajo diario contra la obsesión por la situación actual.
  • Planes en familia, o con amigos, para enfentrar o manejar dificultades.
  • Recordar que solo se vive un día a la vez.

Apoyar a personas que lo necesitan, algo que nos da también un sentimiento de alegría y paz.

Recursos para aumentar nuestra resiliencia

Foto de Karim MANJRA (Unsplash)

Conectarnos con nuestra alegría y lo que nos ayuda a crearla.

Situación de los niños en esta pandemia

Puede ser que vivieran el confinamiento como unas vacaciones al principio, pero muchos padres observan alteraciones en función de distintas edades. Los menores pueden sentirse confusos o tener reacciones fuertes a esta extraña situación que observan a su alrededor.  Cuanto más tranquilos estén los adultos, mayor tranquilidad les podremos transmitir a ellos.

Cuando hagan preguntas sobre los temas que les preocupan, es importante ofrecerlas respuestas sin evasivas, adaptadas a su a su edad, con un lenguaje que entiendan. Si no tenemos la respuesta, podemos decirles que la buscaremos para responder a sus inquietudes. Hay que tratarlos como niños que son, no como a tontos.

Recursos para aumentar nuestra resiliencia

Foto de Caleb Woods (Unsplash)

Hay que animarlos a que expresen lo que sienten, y esto lo aprenden por observación de cómo lo hacemos nosotros, los adultos. Dependiendo de su edad, pueden hacerlo a través de dibujos, plastilina, canto y movimiento corporal que pueda divertirles.

También con ellos debemos establecer rutina sin caer en la rigidez dictatorial:  levantarse, estudiar y hacer tarea, actividades comunes, juegos, contacto con sus amigos si eso es posible por mediod e tecnologías, horarios para comer y para dormir. Espero que esta guía les acompañe y apoye en este duro trance. Hasta la próxima.