“Pueblos, ¡benditos pueblos!” de arquitectura tradicional, paisaje kárstico y singular, arropados en estos días por colores otoñales. De la mano de Irene Somoza y Mundo Turístico recorremos Puentedey, Ojo Güareña, Orbaneja del Castillo y Valdelateja, bellos rincones del norte de Burgos.

BURGOS, España.- Aunque la primera noche al comenzar este viaje dormimos en Villarcayo, no conocimos bien esta población. Nuestro objetivo entonces varios bellos rincones del norte de Burgos que tienen pequeñas dimensiones. Pueblos, ¡benditos pueblos! de arquitectura tradicional, paisaje kárstico y singular, arropados en estos días por colores otoñales. Se encuadran en la zona de Las Merindades, antaño corazón del condado Castilla y hoy refugio del pasado y de la calma para habitantes y viajeros. Puentedey, Ojo Güareña, Orbaneja del Castillo y Valdelateja fueron los pueblos que nos dio tiempo a visitar y protagonistas de las líneas que siguen.

Una de las cosas que más me gusta de viajar es que me resulta fácil desconectar y cambiar mi realidad. Por eso, el primer día siempre me parece mágico. Pueden pasar pocas horas y me da la sensación que llevo ya días fuera, paseando y recorriendo nuevos lugares que me dan aires nuevos. Una gozada que reforzó el encanto de los sitios que conocimos.

Empezando la ruta en Puentedey

Nuestra puerta a Las Merindades fue el pueblo de Puentedey. Es uno de los más pequeños que visitamos, pero nos encantó. El precioso paisaje en el que se encuadra tiene la mayor parte de la culpa. Cerca del puente se encuentra su mayor peculiaridad: un gran túnel natural formado bajo la tierra que da aposento a las casas del centro del pueblo. Se puede pasear por la orilla del río que discurre también por este lugar y disfrutar de la naturaleza en su esplendor. Desde este punto divisamos un mirador en lo alto, al que después nos dirigimos.

Para llegar, hay que tomar un camino, al que llegamos preguntado. La gente fue muy amable y nosotros, acostumbrados a esa cercanía de la gente de pueblo, nos sentimos como en casa. No pudimos aparcar con facilidad por lo estrecho de la carretera, pero nos dijeron que dejáramos el coche en mitad de la vía. Fuimos entonces a hacernos fotos a aquel bonito mirador (¡con preciosas vistas!) y después, ley de Murphy, uno de los vecinos vino a avisarnos que cortábamos el paso a un tractor.

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