Dos cañones del siglo XVI de gran tonelaje y dimensiones, un grifo en bronce, una plancha de cobre perforada a modo de respiradero y tres roldanas de bronce con restos de madera son algunas de las valiosas piezas arqueológicas rescatadas a mil 137 metros de profundidad en la tercera expedición al pecio “Nuestra Señora de Las Mercedes”, histórico barco español que fue atacado y hundido en 1805 por la Armada británica cuando se dirigía a las costas de España procedente de Montevideo con más de 249 tripulantes a bordo, cargado de monedas de oro y plata.

Una expedición científica organizada por el Ministerio español de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CIS) y la Armada Española, y en la que han participado como observadores científicos del Instituto de Antropología e Historia (INAH) de México y del Ministerio de Cultura de Portugal.

Un hallazgo que las autoridades españolas han calificado como un “éxito sin precedentes a nivel mundial”, en especial por las complejas técnicas utilizadas (incluyendo el uso de un vehículo submarino no tripulado ROV LIROPUS) para la recuperación de las dos culebrinas (cañones) de 4 metros de longitud y más de dos toneladas de peso cada una, a una profundidad récord de mil 137 metros de peso cada una.

Piezas con un incalculable valor histórico y documental, que aparecen expresamente citadas en el manifiesto del cargo de la fragata Mercedes en el Archivo General de Indias (Sevilla). Una de las dos culebrinas,  bautizada como “Santa Rufina”, data del año 1601. Realizada en bronce, mide 3,80 metros de longitud, pesa algo más de dos toneladas y fue encargada por Luis de Velasco y Castilla, virrey de Nueva España (Mexico) y del Perú, entre 1595 y 1603.

Presenta varios campos decorativos en relieve, cuartel con el blasón familiar de Luis de Velasco, escudo de Castilla y León, el nombre del cañón y el nombre del fundidor: Bernardino de Tejeda, cuyo sello aparece también en el otro cañón hallado, “Santa Bárbara” (del año 1586).

Todos estos datos, según el Ministerio español de Educación, Cultura y Deportes, hacen de ambas piezas un documento histórico de primera fila para conocer mejor la historia de los grandes fundidores españoles del s. XVI.

Una vez recuperados, ya han comenzado los trabajos de limpieza, desalinización y conservación de los restos encontrados. Está previsto que todas las piezas, junto con las extraídas en las expediciones realizadas en 2015 y 2016 al yacimiento del pecio de Las Mercedes sean incorporadas en un plazo aproximado de dos años a la exposición permanente del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) en la ciudad española de Cartagena, Murcia.

VEHÍCULOS SUBMARINOS NO TRIPULADOS

Además del gran peso de las culebrinas de bronce, de aproximadamente dos toneladas cada una, otro gran reto al que se enfrentó la expedición para poder recuperar ambas piezas fue el tamaño de los cañones.

Apoyándose en el vehículo submarino no tripulado ROV LIROPUS desde el fondo del mar, y con grúas instaladas en el Buque “Sarmiento de Gamboa·, el Instituto Español de Oceanografía había preparado previamente la maniobra de recuperación de los pesados cañones seleccionando cabos de materiales sintéticos de poco peso y muy alta resistencia mecánica a la tracción, que pudieran ser lazados a ambos extremos de las culebrinas haciendo posible su izado a la superficie.

Al estar el fondo compuesto por sedimentos arcillosos muy plásticos, hicieron más complicada la recuperación debido al esfuerzo adicional necesario para despegar las culebrillas del fondo. También se había diseñado y adaptado en uno de los brazos de titanio del ROV LIROPUS una lanza de bombeo de agua, destinada a limpiar y preparar la maniobra de recuperación sin daños para las culebrillas ni impacto en el medioambiente.

UN BUQUE CON MUCHA HISTORIA

La importancia histórica del buque “Nuestra Señora de Las Mercedes”, saltó a la luz pública cuando arqueólogos submarinos de la empresa “cazatesoros” Oddysey Marine Exploration descubrieron en mayo de 2007 el pecio de la fragata en la zona del golfo de Cádiz, llevándose de su interior 500 mil monedas de plata y oro (todos ellos de la época de Carlos IV, acuñados en Lima, Perú en 1803) y otros objetos a Estados Unidos, donde comenzó un litigio entre España y la empresa norteamericana por los derechos del hallazgo.

Tras un largo proceso judicial, un tribunal de Florida acabaría dando la razón a España y el tesoro fue devuelto al país ibérico. Desde 2012, las monedas y el resto de piezas fueron enviadas al Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena y posteriormente exhibidas en distintos museos en la exposición “El Último Viaje de la Fragata de Las Mercedes. Un tesoro cultural recuperado”.

En ella se narra el hundimiento de “Nuestra Señora de Las Mercedes” por parte de la Armada Inglesa, ocurrido el 5 de octubre de 1504 cuando, cargada de oro, plata, telas de vicuña, quina y canela, se vio inmersa en la Batalla del Cabo de Santa María. Una refriega que originó la declaración de guerra de España a Inglaterra y es el antecedente inmediato de la batalla de Trafalgar.