Katia Martínez Miñarro forma parte del equipo de ciclismo de ruta que competirá por México en los Juegos Panamericanos Cali Valle 2021 el próximo diciembre. Con una vida de lucha y trabajo, así como una lucidez poco habitual a los 20 años de edad, la ciclista desmonta prejuicios contra una supuesta falta de valores de las “nuevas generaciones” .

MADRID, España.- La regiomontana Katia Martínez Miñarro señala la fuga de talentos como uno de los problemas de México y se muestra convencida del potencial que tienen los mexicanos de aportar conocimientos y experiencias para la mejora de México desde el exterior.

“Cuando salimos nos olvidamos. Me gustaría devolverle a mi país lo que me ha dado, seguir contribuyendo para que mejore, para que cambie y romper con la mentalidad de Ya me libré de México, adiós. Es normal buscar oportunidades fuera para progresar y realizarse, pero quiero encontrar la manera de contribuir a que las y los mexicanos tengan mejores oportunidades. Me gustaría que aplicáramos en México lo que aprendemos fuera”, dice esta joven deportista. Su lucidez poco habitual en alguien de 20 años desmonta el mito de unas nuevas generaciones sin valores y sin rumbo.

Martínez Miñarro es de las integrantes más jóvenes del equipo ENEICAT-RBHGlobal de ciclismo femenino que dirige una mujer vasca y con el que compitió hace semanas después de pasar dos meses en León (España) para preparar Ceratiziti Challenge. Esta vuelta ciclista parte de la Estación de Manzaneda, donde hace treinta años Hugo Sánchez preparaba sus pretemporadas en el Real Madrid de Butragueño, de Míchel, de Martín Vázquez, de Sanchís y de otros grandes futbolistas merengues.

Este precioso entorno con un aire de nostalgia por los años de esplendor pasado recuperó su brío con la presencia de decenas de mujeres de entre veinte años y los 38 que tenía la ganadora pero, sobre todo, con la presencia de esta mexicana y su sonrisa a pesar del regusto amargo que dejó el final de su experiencia ciclista en España. Sin la escolta de la Guardia Civil, el último grupo de su equipo se perdió a salir por el liugar equivocado en la rotonda de un pueblo.

“Quedan muchos años, hay que tener paciencia. Te frustras porque no te fue bien en España, pero si ves que tiene 38 años la que ganó, lo ves con más perspectiva”, dice Martínez Miñarro, que tiene como objetivo mantenerse en el ciclismo profesional y de pertenecer a un equipo para estar siempre en competición.

Katia Martínez Miñarro

La ciclista mexicana Katia Martínez Miñarro durante la entrevista junto al ahuehuete que se encuentra en los Jardines del Buen Retiro

La joven ve “difícil” dedicarse en México al ciclismo profesional, sobre todo como mujer. Por ahora vive de los ingresos que consigue en el equipo español al que pertenece y de una beca del Estado de Nuevo León. También trabaja como maquilladora artística y estudia la carrera de nutrición en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Además de un vínculo profesional, tiene un vínculo familiar con España. Su abuelo materno emigró desde Asturias el siglo pasado por la dureza de las condiciones de aquella época y, como muchos españoles en México, emprendieron negocios y formaron familia.

Una ciclista nutrióloga

Martínez Miñarro comenzó en el ciclismo a los ocho años, cuando su padre la llevaba a ella y a su hermana a pedalear en la montaña. Un día, unos entrenadores en el Parque Niños Héroes la invitaron a practicar bicicleta de ruta. Desde el principio se aficionó a la montaña.

“La montaña es muy divertida, pero es dura y te arriesgas mucho”, dice la ciclista, que disfruta tanto de esta modalidad como del ciclismo de pista, en el que ha destacado como profesional. En los últimos Juegos Panamericanos les arrebató el oro a sus eternas rivales colombianas. También representó a México en los Juevos Olímplicos juveniles de 2018 en ciclismo de montaña.

El deporte y su predilección por la ciencia la llevaron a estudiar nutrición, que compagina con el deporte profesional.

“Me ha interesado conocer cómo afecta al rendimiento lo que agregues o quites en la dieta. Para mí es una forma de ayudar a los deportistas”, dice Martínez Miñarro, sorprendida al ver cómo incluso los deportistas no se hidratan ni se alimentan durante las carreras y errores que cometen a la hora de recuperar o suplementar por falta de recursos, a veces, y otras veces por falta de tiempo y de conocimientos.

Si esto falla en personas que dedican gran parte de su vida a cuidar de su cuerpo, la ciclista señala los peores hábitos en los que incurre la población general, como el de niños que abusan de la Coca Cola y otros refrescos azucarados, que se alimentan a base de galletas o que tienen que recurrir a suplementos alimenticios en batidos y licuados.

“O falta mucha campaña de información o la gente no se quiere enterar. No hay suficientes campañas de salud”, dice la ciclista ante la frustración que le genera ese desconocimiento general.

Aunque reconoce que hay factores económicos que influyen en estos hábitos como ocurrió en parte de su infancia, estudiar nutrición le ha enseñado que puedes comer mejor con poco y que no lo hacemos por falta de tiempo y de conocimientos.

Aunque le gusta lo vegetariano y lo vegano, afirma que el cuerpo necesita la carne por nutrientes poco disponibles en otros alimentos y, por tanto, hay que suplementarlos.

Por más que los vegetales tengan la misma cantidad de hierro, su biodisponibilidad no es la misma. Su absorción en el cuerpo es menor.

Violencia en México

Como muchos menores en México, Martínez Miñarro creció con limitaciones provocadas por la violencia.

“Los padres te crían en el miedo: no hagas esto, no salgas, no te vistas así… Creces sin libertad. No puedo ir sola a un parque a caminar. La violencia en México es un problema”, dice la ciclista, que afirma no estar segura de si las medidas que toman los padres obedecen a un criterio de exageración o de seguridad real.

Hay gente en México que no usa el transporte público por miedo. Aquí ves niños caminando solos por la noche, las mujeres visten con más libertad. No sé si porque te crían así, pero en México ves todo amenazante, tienes que vivir alerta.

Crecer como mujer en México

A Martínez Miñarro le resulta llamativo el contraste entre México y España en materia de género, algo que percibe en los cargos que ocupan muchas mujeres.

“En la embajada muchas son mujeres. En los equipos de ciclismo hay entrenadoras y directoras.Para empezar, en México no hay equipos, no hay mujeres que dirijan deporte. Apenas empieza a impulsarse a la mujer deportista, algo que aquí ocurre desde hace años”, afirma.

También percibe un contraste entre ambos países en la forma de vestir de las mujeres.

“En México, las mujeres no visten tan libres como aquí, donde ves a mujeres solas caminando por la calle, en bares. Te crían para vivir intimidada”, dice la joven ciclista, convencida del rezago de México en materia de género y de asuntos como la despenalización del aborto.

También nota ese rezago como deportista que, por el hecho de ser mujer, recibe premios menores y tiene peor sueldo que un hombre.

“Ha habido carreras que dan 125.000 de premios al ganador masculino y 8.000 a la mujer ganadora. Puedo aceptar una diferencia de 10.000, ¿pero cien mil? Entiendo que en todos los deportes hay más público para los hombres, pero esto puede cambiar con una nueva cultura”, dice la deportista mexicana.

Además, recuerda que el argumento recurrente para justificar el mayor apoyo a los hombres por llegar más lejos en las competiciones se desmorona en México, donde el ciclismo masculino se ha quedado atrás respecto al femenino.

Si ellos pueden, nosotras también. Puede que haya trabajos más adecuados para el hombre por su capacidad física, pero hay muchos para los que las mujeres son tan aptas, e incluso más por sus niveles de empatía y tendencia natural al cuidado como madres. En México faltan mujeres abogadas, mujeres en la política… Tenemos que ver esto y empezar por cosas pequeñas.