A la escritora Rayo Guzmán se le ocurrió lanzar a sus redes sociales la siguiente pregunta: “¿qué hizo tu mamá que te lastima?” Al cabo de un día había recibido 800 historias. Así nació Cuando mamá lastima. Relatos de perdón para hijos con el corazón herido (Talento Caligrama, 2019), la nueva edición que cuenta con ilustraciones del artista Yuri Zatarain y que la escritora ha promovido en distintas ciudades españolas en estos días.

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MADRID, España.- “Sabía que era polémico tocar algo tan sensible sin culpas”, dice Rayo Guzmán sobre el ejercicio que ha supuesto hablar de forma abierta sobre una herida tan presente como silenciada en una sociedad que ha beatificado la figura la madre beatificada.

“Soy un patán porque mi madre me decía que todas las mujeres son iguales, que las únicas mujeres buenas son ella y mis hermanas”, “mi mamá me trataba diferente”, “a pesar de mi madre pude salir adelante”, ha leído una y otra vez en mensajes que recibe de hombres y mujeres de todas las edades que, como en algunas de sus obras anteriores, se ha dedicado a condensar en historias de ficción. A pesar de haber estudiado Desarrollo Humano y tener amplios conocimientos en psicología, la escritora tiene como consigna contar historias para que sus personajes hablen al tiempo que huye de consejos, tips y recetas.

Cuando mamá lastima

Este libro que se lanza aquí en España es muy especial. Me siento muy afortunada de que lo haya ilustrado Yuri Zatarín, un artista único e incomparable. Cada capítulo tiene una ilustración sublime”, dice la escritora nacida en Guanajuato sobre esta obra que desmonta el tabú de la madre perfecta.

El hombre que anhelamos no es el que estamos educando y criando. Tenemos que educar de forma distinta, hacia otra perspectiva de género más armoniosa. A veces es más fácil decir que los hombres no sirven y que son patanes.

Como hija y como madre, reconoce que este libro se convirtió para ella también en un ejercicio personal de introspección, de aprender a pedir perdón y de reconocer que no existe la madre perfecta. Narrado desde el corazón del hijo, este libro abre la puerta al perdón y la reconciliación, incluso a una sana distancia, y a un mundo emocional que no expresamos por el sentimiento de culpa que produce desmitificar una figura que no se cuestiona a diferencia de la figura del padre, a la que la escritora también explora desde hace años.

Cuando decenas de hombres empezaron a quejarse de que sólo contara cosas de mujeres, Guzmán les dijo que esto ocurría porque ellos no contaban nada.

Los desafié por redes y les dije: si ustedes me cuentan algo yo lo cuento. Me callaron la boca”, dice sobre los testimonios que empezó a recibir y que dieron pie al nacimiento del libro Tú princesa y yo sapo, que explora la figura masculina desde una perspectiva alejada del hombre proveedor y protector. Después de publicar la primera versión de Cuando mamá lastima y tras recibir tantos mensajes que pedían la figura del padre, lanzó a las redes la pregunta “¿Qué hizo tu papá que te lastima?”, que tuvo como resultado el libro de relatos Cuando papá lastima. Reconstruyendo la capa del superhéroe.

Descubrí que la figura paterna es altamente emocional, aunque a veces se duda. Las mujeres tenemos una relación muy especial con nuestro padre. Pero es un vínculo desvalorizado dentro de la familia.

La escritora habla de cómo, en muchos divorcios, las madres transmiten sus frustraciones de pareja a sus hijos y les dicen a sus hijos que se alejen del padre.

Ante mamá y en público tengo que decir que no me hace falta mi madre. Pero me muero por un abrazo, me dicen. Pero la figura del padre es irremplazable”, dice la escritora, que desmiente la consigna de que algunas madres ejercen de padre y de madre al mismo tiempo, una idea reflejada en ciertos memes que se comparten el Día del Padre.

Cuando papá lastima

Pero tampoco exime al padre de muchas heridas emocionales que, a diferencia de las producidas por la madre, suelen llegar en forma de abandono. No sólo se refiere al abandono físico, sino también al emocional del padre ausente que produce “huérfanos de padres vivos”.

La herida más recurrente respecto a las madres se producía por una sensación de injusticia.

“Decimos que queremos a todos los hijos por igual”, dice en referencia a los cientos de mensajes de hijos e incluso de las propias madres que reconocían la predilección por uno de sus hijos.

Guzmán señala la sobreprotección como otra de las fuentes de daño más presentes en las personas. El no porque te caes, no juegues fútbol porque es muy agresivo transmite el mensaje de que el mundo es un lugar peligroso, un caos donde es mejor no confiar en nadie. Además, la sobreprotección mutila a los hijos al hacerles sentir que no serán capaces de enfrentarse a las situaciones, según afirma la escritora, que tiene en mente publicar un libro sobre las heridas que dejan los hijos en sus padres para cerrar el círculo.

Cuando los hijos lastimamos

He llegado a la conclusión que es el rol más cómodo con consignas como yo no te pedí venir, yo no te pedí la vida, soy como tú y tú me has educado. Sin embargo, cuando creces te das cuenta de que también has sido injusto con tus padres”, dice la escritora, que hace referencia al dolor que supone ver a un hijo sumido en adicciones y en diversas dinámicas de autodestrucción.

Lastimamos con nuestra indiferencia. No valoramos el esfuerzo, las necesidades de nuestros padres y los abandonamos. En su vejez vuelven a ser niños. Nos desesperamos, se nos olvida darles las gracias.

Además dejan de ver, de oír en medio de un mundo cambiante al que intentan entender e interpretar.

Podemos enseñar muchas cosas a nuestros padres, a los que muchas veces no enseñaron a querer”, dice en referencia a épocas en que el amor tenía un precio y en las que estaba extendida la creencia de que las concesiones afectivas les hacían perder autoridad. Advierte la escritora de que, si nos descuidamos, vamos a despertar diciéndoles a nuestros hijos lo que tanto nos molestaba, lo que ella denomina herencia emocional.

Todos somos hijos y no existe la madre perfecta”, concluye esta escritora mexicana, inmersa en la creación de su segunda novela.


Fotos: Adriana Juan Durán