No se ha de homenajear a los asesinos de ETA porque es un insulto al derecho a la vida, pero tampoco celebrar y menos aún exaltar el franquismo. Sin embargo, en los últimos meses en España ha habido una veintena de actos de exaltación de la dictadura franquista, como han denunciado las asociaciones de memoria histórica y otros grupos cívicos. Pero no se ha abierto ni un solo expediente ni tampoco se ha iniciado procedimiento judicial alguno.

Opinión y Análisis de Xavier Caño Tamayo.

Partidos y grupos de extrema derecha celebran actos de apología y exaltación de la dictadura franquista con impunidad, sin que nadie sea sancionado. El franquismo ha sido condenada de modo tajante en dos ocasiones por la ONU como dictadura criminal, más las claras condenas más recientes de organizaciones globales de derechos humanos, como Amnistía Internacional o Human Rights Watch. Y, aún más reciente, las ONG Trial International (Juicio Internacional) y Women’s Link Worldwide (Mujeres en Todo el Mundo)  han denunciado los conocidos y documentados crímenes del franquismo ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

La calaña del franquismo es evidente, así como la innegable realidad de sus crímenes. Sin embargo, los grupos políticos que se manifiestan contra los homenajes a ex-etarras, con especial entusiasmo del Partido Popular, de Ciudadanos y de Vox, no dicen nada de los homenajes a franquistas ni de los actos que exaltan la dictadura franquista.

ETA asesinó de modo inicuo a 864 personas hasta 2004, mientras la dictadura franquista es responsable de más de 114.000 desaparecidos forzados, según Amnistía Internacional. El historiador Francisco Espinosa afirma que podrían ser muchas más, pues hasta hoy ya se han contabilizado más de 130.000 víctimas de la represión franquista en España.

Para que no haya duda sobre el significado de las palabras, ‘desaparecidos’ son las personas asesinadas por el poder político y sus aliados, a menudo en cunetas y descampados, cuyos restos aún no han sido hallado o identificados.

El reino de España tiene el vergonzoso récord de ser el segundo país del mundo con más desaparecidos forzados. Muchos más que Argentina y Chile de las dictaduras militares. En Chile, hubo 3.227 víctimas ejecutadas o desaparecidas y en Argentina son 30.000 las personas desaparecidas forzadas, cifra reconocida por las organizaciones de derechos humanos. El número uno de tan rechazable lista corresponde a la sangrienta Camboya de Pol Pot que asesinó de un millón y medio a dos millones de personas.

El historiador británico Paul Preston, especialista en la guerra civil española,distingue entre dos tipos de crímenes de Estado: raciales y políticos. Los primeros fueron perpetrados por Hitler y el nazismoque asesinaron masivamente a judíos, opositores, gitanos, enfermos mentales y eslavos. Aunque los crímenes de Franco no son tan masivos como los de los nazis, sí buscaban exterminar a los adversarios políticos con un plan perfectamente organizado, según Preston.

Sostiene el británico quelos cientos de miles de encarcelados por el franquismo, más los cientos de miles de deportados a los campos de concentración franquistas durante la guerra civil y después, más los 120.000 muertos por hambre y enfermedad durante la guerra en esos campos o en la vida cotidiana, más las 50.000 personas ejecutadas tras acabar la guerra son en verdad un verdadero holocausto.

Preston asegura que “los crímenes políticos que cometió Franco fueron muy superiores a los delitos políticos cometidos por Hitler”, aunque éste se llevara la palma en crímenes raciales. A pesar de tanto crimen político perpetrado durante décadas, nadie impide o sanciona los actos de exaltación del franquismo que fue un régimen asesino.

Un plan de exterminio

Los historiadores expertos en la guerra civil española, sobre todo los británicos, han expuesto y documentado que el bando franquista tenía un verdadero plan de exterminio de republicanos. No es casual que los maestros de escuela fueran uno de los grupos sociales con gran número de asesinados, porque eran quienes formaban el espíritu republicano y, por tanto, objetivo principal del franquismo. El plan de exterminio franquista se aplicaba de modo inflexible a medida que los ejércitos franquistas (muy bien armados y pertrechados por Hitler y Mussolini, por cierto) conquistaban territorios. Sin olvidar que las muertes violentas y la represión feroz muy organizada continuaron tras el final de la guerra civil hasta bien entrados los años cincuenta del siglo XX.

Datos en mano, ha sido muchísimo más criminal la dictadura franquista que ETA. Sin embargo, mientras el gobierno de Pedro Sánchez se propone reformar la ley para sancionar con multas a los ayuntamientos que promuevan o permitan homenajes públicos a presos de ETA, no mueve un dedo, ni parece que piense hacerlo, para impedir los homenajes a franquistas ni los actos de exaltación del franquismo.

En Argentina y Chile, que sufrieron feroces dictaduras militares, aunque cabe insistir que con muchos menos desaparecidos que en el franquismo, se derogaron las leyes de punto final y obediencia debida, se recuperó la memoria histórica y se inició la justicia, la verdad y la reparación a las víctimas de esas dictaduras. Sin embargo, España, que impulsó la justicia en Chile y Argentina, permite la impunidad de su dictadura y de sus integrantes responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Las organizaciones internacionales de derechos humanos y la misma ONU han exigido la urgente derogación de la inaceptable ley de amnistía del 77, que protege a los asesinos franquistas e impide la investigación de los crímenes del franquismo. ¿Hasta cuándo señor Sánchez?


Fotos: Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica