Quedan tres años para frenar el cambio climático, según los expertos. En España ya produce estragos en forma de derretimiento de glaciares, sequías, incendios, aumentos en el nivel del mar, proliferación de medusas, mosquitos tigre y otros insectos que propagan enfermedades. Así lo afirma el periodista Xavier Caño Tamayo en este análisis.

Por Xavier Caño Tamayo.

Hace pocas semanas le entregaron a Donald Trump, presidente de Estados Unidos, un informe elaborado por más de 300 científicos de 13 agencias federales diferentes. Con más de 1.600 páginas, este informe para echarse a temblar detalla las devastadoras consecuencias del cambio climático en la economía, la salud y el medio ambiente.

Pero el señor Trump tuvo la ignorante osadía de decir “No me lo creo”. El presidente estadounidense forma parte del indocumentado grupo de dirigentes políticos que niegan el cambio climático, como Aznar y Rajoy.

Ante la intensa ola de frío en la costa Este de Estados Unidos a principios de este año, cuyas preocupantes imágenes difundieron las televisiones, Trump pretendió ser irónico y preguntó: “¿Pero no había calentamiento global?

Más allá de la forma de ser de Trump, sólo quedan tres años para frenar el cambio climático, según los científicos convocados ya hace unos años por la ONU. Solo tres años. Así lo afirma sin la menor vacilación Jean Jouzel, experto en clima que fue vicepresidente del Panel Intergubernamental de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).

Impacto del cambio climático en España

Por si alguien duda aún de que el cambio climático ya está en España, casi el 90% de los glaciares en ha desaparecido en apenas un siglo y se han fundido más del 80% de los glaciares de los Pirineos. Según el Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, el glaciar de Monte Perdido retrocede un metro al año y los de la Maladeta y del Aneto están en fase terminal. Según el Atlas del Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, de los 34 glaciares que había en España en 1982 hoy solo quedan 18. Otro dato: en 1982, el hielo del Pirineo español ocupaba 600 hectáreas, pero en 2010 ya sólo ocupaba 210. Además de considerar que en los años sesenta el nivel del mar en España subió 2 milímetros de media cada año y hoy el nivel del mar aumenta 4 milímetros anuales. Demasiado.

Además, los científicos coinciden en que la quinta parte del territorio español ya es desértica y en este siglo serán desierto las tres cuartas partes de territorio de no tomarse medidas para impedirlo. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, siete de las diez cuencas hidrográficas de Europa con sequía crónica están en España, que ya tiene el nada grato título de país más árido del continente. Lo prueba que el año pasado la superficie quemada por los incendios fue 94% más que la media de los últimos diez años. Sequía y fuegos van de la mano.

Por otra parte, el calentamiento global ha propiciado el aumento de especies animales invasoras como medusas o mosquito tigre que ya se ha establecido en Levante y transmite enfermedades hasta ahora desconocidas en España. Y, para no dejar nada en el tintero, según el Instituto de Salud Carlos III, de 2000 a 2009 en España murieron más de 13.000 personas por olas de calor y más de 8.000 por olas de frío. Y, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la contaminación atmosférica causó en España más de 30.000 muertes prematuras al año.

Mayor aumento de temperatura que la media del planeta

Según el biólogo David Vieites, director del departamento de Cambio Global del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) “hay evidencias del avance de la desertización visibles en el campo, en los cultivos, en los bosques…”.  Vieites es uno de los expertos que, junto con científicos de Greenpeace, han fotografiado y analizado algunos de los efectos más graves del cambio climático en España, con la conclusión de que lo hecho hasta ahora es insuficiente. Como afirma la científica Cristina Linares Gil, miembro del IPCC, “el cambio climático no es cuestión a debatir sino una realidad científica a afrontar”.

En los treinta últimos años la temperatura media de España ha aumentado un grado y medio centígrado, más de lo que ha aumentado la temperatura media del planeta que ha sido 1ºC. España se calienta un 50% más que la media continental en el hemisferio norte y casi el triple que la media global. Consecuencia evidente de ese incremento son las olas de calor de los años 2011, 2015 y 2017, las más calurosas en la historia del país, según la Agencia Estatal de Meteorología, que recuerda el aumento de estas olas de calor desde 1975.

Impacto del cambio climático en la agricultura. Foto: CIAT (Flickr)

Treinta años avisando de advertencias y tres para afrontarlo

Ya hace treinta años que los científicos alertan del calentamiento del planeta, pero hoy ya no es una previsión negativa de futuro porque ya se viven las consecuencias: muchas más sequías y más asoladoras, más huracanes y más violentos, ríos desbordados como nunca por exceso de lluvias… Pero lo peor está por venir de no reducir la emisión de gases de efecto invernadero, porque, como insisten los científicos, sólo quedan tres años para invertir la curva de emisión de esos gases e impedir que el cambio climático sea irreversible.

Ante la gravedad de la situación, científicos de toda especialidad proponen un pacto global por el clima y argumentan que, si los Estados pusieron un billón de euros sobre la mesa para salvar a los bancos hace diez años, hoy urge dedicar esa misma cantidad de dinero (equivalente al 2% del PIB de Europa) para salvar a la Tierra del cambio climático. Según los científicos del IPCC, el temido calentamiento global avanza a un ritmo más rápido que el que se había calculado. Urge reaccionar y empezar a cambiar el transporte y como nos desplazamos, también como calentamos hogares y centros de trabajo, que energías no contaminantes hemos de utilizar…

Pero el sistema capitalista, enganchado a la energía producida por combustibles de origen fósil y de carbono, no nos lleva a un mundo sin carbono que es el único mundo viable y con futuro. No nos engañemos creyendo que las tremendas consecuencias del cambio climático solo afectaran a islas del Pacífico y a algunos países pobres, porque la innegable realidad es que podemos explicar lo que el cambio climático ya ha hecho en España. El cambio climático y sus nefastas consecuencias no son un peligro futuro: están aquí.