El comercio entre México y la Unión Europea (UE) ha incrementado en un 300% en los últimos 18 años.

México concentra sus inversiones en 5 países entre los que suma más de 15.000 empresas europeas: España, Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Bélgica. Éstos y otros datos sobre el papel de México en el orden mundial salieron a la palestra en el Instituto de México en España durante la mesa redonda Actualidad de México y la Unión Europea, protagonizada por el doctor Roberto Peña Guerrero, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y el doctor Rafael Calduch Cervera, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. El Instituto de México organizó este encuentro en Madrid.

“Cuando en México pensamos en diversificación no pensamos en América Latina, pensamos en Europa”, afirma Peña Guerrero.

La UE es el tercer socio comercial de México, detrás de Estados Unidos y China. Entre 1999 y 2017 México recibió inversiones por parte de la UE por más de 140.000 millones de euros. Peña Guerrero sostiene que las relaciones institucionales entre ambos gobiernos se han visto reforzadas por las cumbres birregionales Unión Europea-América Latina que se celebran desde 1999.

Un nuevo Orden mundial

Los sistemas económicos de las grandes potencias se enfrentan a desafíos ocasionados por cambios que han afectado y trastocado el orden mundial actual. Las políticas soberanistas que incentivan las figuras de Donald Trump y Theresa May no sólo afectan a Estados Unidos y Reino Unido; la economía mundial funciona como una máquina a la que afecta el movimiento de cualquiera de sus partes, por muy apartadas que se encuentren. De esta manera, no sólo las políticas económicas europeas y estadounidenses influyen al México actual, si no que México también está muy presente en las operaciones de las grandes potencias.

A ambos lados del Atlántico, los gobiernos están llenos de incertidumbre, la próxima salida de Reino Unido de la Unión Europea ocasionada por el Brexit y el nombramiento de Donald Trump como presidente de la potencia más grande del mundo han cambiado la manera en la que entendíamos las relaciones internacionales. Donald Trump aún cuenta con 3 años de legislatura y el primer plazo límite para la marcha de Reino Unido será en marzo de 2019, como recordaba el doctor Calduch Cervera.

En medio de este caos de nacionalismos y especulaciones México se ha convertido en un estado de renta media que cada vez tiene más peso en las economías más poderosas del mundo.

México comenzó su apertura económica en los ‘90 con su incorporación a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Desde ese momento ha participado en procesos claves para crear el sistema económico que conocemos; la firma del Tratado de Marrakech, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o las actuales negociaciones para el Acuerdo Global.

El Acuerdo Global entre México y la Unión Europea toma como ejemplo el Acuerdo Económico Global (CETA) que firmaron la Unión Europea y Canadá, según afirma Peña Guerrero. Este acuerdo aún se encuentra en negociaciones que se espera que finalicen antes de las elecciones federales de México en julio de 2018. Este proceso abarca aspectos como la cohesión social, la lucha contra las drogas, la ayuda humanitaria o la seguridad.

Uno de los temas que ha causado controversia y ha llamado la atención de los medios es el problema de las denominaciones de origen. La Unión Europea pide el reconocimiento de cerca de 300 productos entre los que se encuentran vinos, quesos y embutidos.

El nuevo orden mundial está marcado por dos tendencias proteccionistas que representan Donald Trump en Estados Unidos y Theresa May en Reino Unido. Unas políticas y discursos que nos recuerdan a las posiciones que tomaron Ronald Reagan y Margaret Thatcher en la década de los ‘80. Peña Guerrero argumenta que estas políticas pretenden recuperar el control de unos mercados que nunca perdieron, y concentrar sus economías.

Aliados estratégicos a pesar de la retórica

Para Estados Unidos México es un aliado estratégico; ambos países comparten 3.100 km de frontera. Pero la retórica política de Trump contra la inmigración y sus medidas proteccionistas también han afectado a su vecino más cercano. La victoria en las elecciones de noviembre de 2016 de Donald Trump y su amenaza de gravar las remesas provocó que muchos trabajadores mexicanos enviaran grandes cantidades de dinero en este periodo.

El plan de Trump resultó ser imposible de llevar a cabo, además de rozar la ilegalidad. Pero esto no ha evitado que el gobierno haya endurecido las medidas contra la inmigración. Ciudades que cuentan con mayor número de migrantes como Los Ángeles, Chicago o Nueva York se han resistido a aplicar medidas propuestas por el Gobierno para detener a indocumentados sin orden judicial.

Mirada hacia China

Uno de los cambios que más ha trastocado el orden económico mundial es la evolución de China hacia una de las principales potencias económicas. Para México, China es su segundo gran socio comercial y supone el 10% de sus inversiones extranjeras. En los años 80, este país poseía entre el 2 y el 3% del PIB mundial. En sólo 40 años China ha logrado el 20% del PIB mundial.

Mientras tanto, México se ha visto en la necesidad de diversificar su economía. El país se encuentra en una situación de dependencia estructural de Estados Unidos que se ve amenazada por el fenómeno Trump.