Esperemos que esta crisis se convierta en oportunidad para que se den cambios profundos que necesita México. Aunque este virus afecta a cualquier persona independientemente de su nivel de riqueza, en México serán los pobres los que más van a requerir de asistencia y ayuda ahora y una vez sobrepasada la crisis.

MADRID, España.- Aumenta la preocupación entre los mexicanos en el exterior, especialmente entre los que nos encontramos en España e Italia, ante la llegada inminente de la pandemia del coronavirus a México.

Nos genera inquietud la falta de medidas de prevención en los aeropuertos, en el transporte público y en sí en todas las actividades que impliquen la reunión de miles de personas en el país, que son desde compras en supermercados hasta fiestas o reuniones en restaurantes.

Nos genera incredulidad el número de casos reseñados por las autoridades y algunas de las declaraciones de los principales responsables del país.

Nos invade el desasosiego al ver que las medidas draconianas impuestas en los países en donde residimos no están surtiendo el efecto esperado y son incapaces de limitar la propagación de un virus que ya ha infectado a miles, incluso entre nuestros amigos y conocidos, y a matado ya a miles en Italia y en España.

México entre la pandemia y la esperanza

Nuestro deseo es que hubiera un confinamiento total e inmediato de la población en México, así como la implementación de un plan que recogiera las buenas prácticas que están dándose en otros países que tuviera en cuenta aspectos sanitarios y económicos.

Nuestro deseo es que México no fuera México para hacer frente a uno de los mayores retos de salud pública que afronta la humanidad. Tenemos que ser realistas, pragmáticos y aceptar que nuestro país cuenta con unos mimbres determinados e intentar hacer lo mejor que se pueda con ellos para afrontar la situación.

Los derechos de los trabajadores en México no son equiparables a los de Europa, ni el nivel de renta y educación, ni la protección social, ni el sistema sanitario, ni la capacidad del gobierno para imponer el estado de derecho en todo el territorio.

Esperar que toda la sociedad mexicana se encierre en sus casas o teletrabaje por semanas o meses es poco realista.

México entre la pandemia y la esperanza

Entre las personas que viven al día y saldrán a buscar el sustento para ellos mismos y sus familiares sí o sí, los que sobreviven en la calle y los delincuentes armados se podrían generar revueltas que serían imposibles de sofocar sin el uso de la violencia, lo que podría generar más muertos que el coronavirus. Por otro lado, los actos de pillaje y robos, generarían un desabastecimiento que podría soliviantar a las clases medias.

En medio del caos, se avivaría la tentación antidemocrática que se ha venido impulsando a través de las redes sociales y con la complicidad irresponsable de algunos periodistas y medios de comunicación.

Tampoco se cuenta con los recursos ni la tecnología para hacer los tests a la población con síntomas, ni existe un sistema para atender a los enfermos graves cuando se llegue a detectarlos.

Es preocupante intuir que parte del acopio de armas en Estados Unidos pueda llegar a los cárteles del narcotráfico en México a la espera de lo que pueda suceder.

Si el cierre de la frontera con México generara escasez de drogas del lado americano, miles o millones de adictos norteamericanos sufrirían síndrome de abstinencia, lo que generaría un problema de seguridad en el vecino del norte y una presión añadida para que los narcotraficantes siguieran surtiendo drogas con mayores dificultades. La porosa frontera norte ha sido cerrada recientemente, con lo que habrá más enfrentamientos para hacerse con el control de los estados limítrofes con el vecino del norte

¿Hay esperanza frente al coronavirus en México?

Los mexicanos hemos sobrevivido y nos hemos sobrepuesto a situaciones límite en otras ocasiones en el pasado gracias a nuestro sentido de comunidad y solidaridad. En los b y otros puntos del país, en los huracanes en la Península de Yucatán, las constantes crisis económicas, incluso ante las pandemias de la gripe porcina y el H1N1, la capacidad de los mexicanos, ya no de sus gobernantes que siempre han encallado sin excepción ante estas situaciones, ha mantenido a flote al país y lo ha relanzado una y otra vez.

Incluso ahora, sin una obligación oficial para confinarse, millones de mexicanos han decidido guardar cuarentena en sus casas, han realizado compras de reserva. Aunque ha habido compras de pánico y acaparamiento de productos como mascarillas y gel desinfectante, no se ha denunciado un desabasto generalizado y se observa un seguimiento de las recomendaciones que autoridades de otros países están dando a sus poblaciones.

Esto será insuficiente si no se toman medidas para contener la propagación del virus a nivel nacional, si no se atiende a los enfermos y se generan condiciones para el mantenimiento de la seguridad y la convivencia en todo el territorio.

Algunas cosas se pueden lograr a nivel comunitario e incluso apelando a la responsabilidad individual, pero habrá otras que requieran de una reacción oficial en sus niveles local, estatal y del gobierno de la nación. Algunos ya han tomado la iniciativa sin esperar las indicaciones del gobierno federal. Esperemos que esta vez sí estén a la altura, porque hay cosas que no se puede hacer sin ellos.

Una reflexión ‘técnica’ sobre el coronavirus en México

Por otro lado, el director general del Centro de Programas Preventivos de Control de Enfermedades de México, Ruy López, estimó que 250,000 personas contraerán la enfermedad. De ellas, casi 180.000 personas buscarán atención médica. Un 80% de ella recibirá un tratamiento ambulatorio, el 14% requerirá hospitalización sin necesidad de estar en terapia intensiva, pero un 6% sí tendrá que permanecer en ese tipo de terapia. Esto quiere decir que casi 11.000 personas tendrán síntomas graves debido a que formarían parte de la población en riesgo, es decir adultos mayores, personas con diabetes, neumonía, VIH, leucemia, entre otros padecimientos inmunodepresores. Si en países como Alemania o España se ha calculado que entre el 70 y el 80% de la población se infectará, las estimaciones del experto mexicano se antojan cortas.

Pirámide poblacional: México, España y Alemania

Sin embargo, si se comparan las pirámides poblacionales, se puede ver que el grupo de riesgo es mayor en estos países que en México. Esto no es motivo para que el país baje la guardia ni para que se dejen de implantar las medidas necesarias para evitar que la propagación del virus, sino para que se entienda que México no es Europa.  México es México, para bien y para mal.

Esperemos que esta crisis se convierta en oportunidad para que se den esos cambios profundos que requiere México en los ámbitos laboral, educativo, de sanidad y servicios sociales. Si bien este virus afecta a cualquier persona independientemente de su nivel de riqueza, lo que es verdad es que en México serán los pobres los que más van a requerir de asistencia y ayuda ahora y una vez sobrepasada la crisis.

Por lo pronto, quedémonos en casa, mantengamos la calma y no entremos en pánico. Hagamos la parte que nos toca, centrémonos en lo importante y apoyémonos. Ya vendrán otros tiempos para exigir cuentas, ya vendrá la historia para juzgar a quienes están tomando, o dejando de tomar, las decisiones en estos momentos aciagos, no sólo para nuestro país, sino para la humanidad.


Imágenes obtenidas del siguiente video de El País sobre economía informal en México: https://youtu.be/yEPdv8zTlPk