El líder de la banda criminal Barrio Azteca, que opera en la frontera norte de México, fue detenido el 20 de junio en Uruapan por narcotráfico. Una corte federal de Texas lo requiere por presuntos delitos de asociación delictiva, homicidio y portación de armas de fuego.

URUAPAN, Michoacán.- Eduardo Ravelo Rodríguez, alias “El Tablas” y/o “El Blas”, líder de la banda criminal Barrio Azteca, que opera en la frontera norte de México, está a punto de ser extraditado a los Estados Unidos, donde figura como uno de los 10 delincuentes más buscados por el FBI.

La Procuraduría General de la República (PGR) informó que personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) dio cumplimiento a una orden de detención provisional con fines de extradición internacional, librada por un Juez de Distrito en contra de Ravelo.

En apego a un requerimiento de extradición formulado por autoridades de los Estados Unidos de América, de conformidad al Tratado de Extradición suscrito entre ambos países, policías federales ministeriales, adscritos a la Dirección General de Asuntos Policiales Internacionales e Interpol, se constituyeron en el Centro Penitenciario “Licenciado David Franco Rodríguez” en el municipio de Charo, municipio vecino de Morelia.

Eduardo “R” se encuentra en la lista de los diez más buscados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y es requerido por la Corte Federal de Distrito para el Distrito Oeste de Texas, para ser procesado por la probable comisión de los delitos de asociación delictuosa, homicidio calificado y portación de armas de fuego.

Fue detenido el pasado 20 de junio por personal de la SEDENA y la AIC en Uruapan, Michoacán, y posteriormente vinculado a proceso por su probable responsabilidad en la comisión de delitos contra la salud (posesión con fines de comercio de metanfetamina), así como violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos (posesión de arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas).

La organización criminal Barrio Azteca mantiene vínculos cercanos con el grupo La Línea, brazo ejecutor del cártel liderado por Vicente Carrillo Fuentes, con la finalidad de mantener la plaza de Juárez en contra del grupo armado Los Chapos, pertenecientes al Cártel de Sinaloa.

Barrio Azteca, pandilla carcelaria nacida en el sistema penitenciario de Texas, se está convirtiendo en un importante jugador en el mundo del hampa mexicano y en el factor X en la batalla por Ciudad Juárez, dijeron a InSight Crime miembros de la fuerza pública mexicana, oficiales de inteligencia y analistas.

El grupo cuenta con 5.000 miembros sólo en el área de Juárez. Trabaja con una multitud de pandillas pequeñas de la ciudad, y ha asumido un papel más permanente en el movimiento de drogas a través de la frontera, desde que los miembros de la tradicional familia poderosa, los Carrillo Fuentes del famoso Cartel de Juárez, dejaron vacante el área debido a enfrentamientos con el Cartel de Sinaloa.

La batalla dejó una cicatriz en la ciudad y sacudió el mundo criminal mexicano. Su naturaleza multidimensional hace que sea difícil de descifrar, aun cuando su primera etapa parece estar alejándose en el espejo retrovisor.

Volando “cometas” y  hacia el “mundo libre

Barrio Azteca comenzó en 1986 en las cárceles de El Paso, donde se ganó una reputación de ser un grupo organizado, disciplinado y ferozmente leal a los suyos. Según una acusación federal de Estados Unidos en 2011 contra de 35 miembros Azteca, el grupo se refiere a sí mismo como “Familia Azteca” y exige que sus miembros den prioridad a los negocios de la pandilla sobre cualquier otro asunto.

Impone un conjunto de “reglas sagradas” que establecen jerarquías, los medios de ascenso y disciplina para aquellos que desobedecen. Los castigos se imparten a los miembros y sus familias por igual. La acusación federal dice que Barrio Azteca mató a la hijastra de un miembro, quien creían cooperaba con la policía, y la esposa y padres de otro presunto informante también fueron secuestrados y asesinados.

Su dura imagen ayudó a Barrio Azteca a expandirse por todo el suroeste y el noroeste. Según una evaluación de la amenaza que suponen las pandillas realizada por el FBI en 2011, Barrio Azteca tiene células en Massachusetts, Pennsylvania y Texas, y controla la distribución de drogas en la ciudad fronteriza de El Paso. Las autoridades de Texas dicen que también opera en Nuevo México, y cuenta con más de 3.000 miembros en Estados Unidos.

Los líderes en las cárceles se comunican a través de los servicios postales oficiales y por teléfono, y utilizan a familiares y amigos para pasar mensajes codificados llamados “cometas” que pasan órdenes a aquellos en el “mundo libre”.

Sicarios del Cártel de Juárez

Las autoridades de Texas dicen que Barrio Azteca era tan efectivo que trabajaba como una extensión del Cartel de Juárez. No está claro cuándo Barrio Azteca comenzó a operar en grandes números en Juárez. Lo cierto es que el grupo se expandió después de 1996, cuando Estados Unidos cambió las leyes de inmigración y comenzó a deportar en masa a los inmigrantes ex convictos hacia lugares como México.

Un exdirector de una prisión en Chihuahua, Gustavo de la Rosa, dijo que a comienzos de 2000 Barrio Azteca comenzó ejerciendo control, con precisión y disciplina, en las cárceles de aquel estado. Los miembros de Azteca están rapados, y deben seguir estrictas reglas sobre el consumo de drogas. Este modus operandi impresionó a los poderes locales —la Organización Carrillo Fuentes, también conocida como Cartel de Juárez— que por la misma época comenzaron a utilizar a los Aztecas como sicarios.

Durante la guerra con el Cartel de Sinaloa, la cual comenzó en 2007, este papel le costó caro a Barrio Azteca: miles de personas murieron en los enfrentamientos en los años que siguieron, muchos de ellos Aztecas, dijeron oficiales de inteligencia a InSight Crime. Los principales líderes de Barrio Azteca fueron encarcelados o huyeron a otras áreas. De los 35 líderes acusados, nombrados en la acusación federal de 2011, por ejemplo, sólo dos siguen en libertad, y 24 se han declarado culpables.

Fue el grupo responsable de matar a 15 adolescentes en una fiesta en enero de 2010, un evento que explotó en la cara del gobierno mexicano cuando el entonces presidente Felipe Calderón insinuó que los adolescentes asesinados estaban vinculados al crimen organizado.

Esto precedió una segunda acumulación masiva de tropas federales, cuyo principal objetivo sería Barrio Azteca y el brazo armado del Cartel de Juárez, La Línea, que muchos percibieron como la más violenta de las facciones en guerra.