El 5 de febrero de 1917, el Congreso Constituyente estableció la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada por el entonces presidente Venustiano Carranza. Aún vigente en México, respondía al espíritu revolucionario de mejorar la vida de millones de mexicanos. Desde entonces, ha tenido modificaciones e incorporaciones para adaptarla a la actualidad. ¿Responden las instituciones, la realidad política mexicana y la sociedad a lo establecido por nuestra Constitución?

Por Carlos Miguélez Monroy

MADRID, España.- México se encontraba en un proceso de reconstrucción política, económica y social cuando el Congreso Constituyente estableció la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Venía de años de enfrentamiento armado y de profundos cambios dentro de lo que se conoce como Revolución Mexicana, con las figuras visibles de Emiliano Zapata en el Sur, Doroteo Arango alias Pancho Villa en el Norte y Venustiano Carranza. La Revolución se enfrentó al régimen de Porfirio Díaz y más adelante contra el intento de establecer una nueva dictadura con Victoriano Huerta al frente.

Con 136 artículos, la nueva constitución ratificó la división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, eliminó la reelección, confirmó el sistema de elecciones directas y mantuvo un gobierno republicano, representativo, democrático y federal.

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La Constitución de 1917 refleja el espíritu de la lucha revolucionaria y la búsqueda de un país con un sentido de derechos humanos y un mayor enfoque social desde la política. Desde su entrada en vigor, muchos de sus artículos han sufrido modificaciones y han incorporado nuevos elementos para ajustar el texto a una cambiante realidad.

Su primer artículo reconoce los derechos humanos presentes en la misma constitución y en los tratados internacionales firmados y ratificados por México. Dedica su artículo 3 al derecho de todas las personas a recibir una educación pública y gratuita, además de establecer su obligatoriedad para primaria y secundaria. Asimismo, establece el sentido de esa educación como cimiento para la construcción nacional.

Si bien México se encuentra a años luz a otros países en materia de igualdad de género, la constitución establece en su artículo 4 la igualdad entre hombres y mujeres ante la ley, así como el derecho a una alimentación adecuada que el Estado se compromete a garantizar, y la protección de la salud.

El artículo 27 sienta las bases para la propiedad de las tierras, originariamente de la nación, aunque con facultades para trasladarla a particulares, y establece la soberanía nacional respecto a los subsuelos del territorio mexicano y su explotación, lo que provocó grandes tensiones entre México y Estados Unidos en los primeros años a causa de los intereses petrolíferos del vecino norteamericano.

El artículo 123 establece la dignidad del trabajo. México había dado un salto en el desarrollo de infraestructuras y en la modernización del país con Porfirio Díaz, pero había dejado en el rezago social y en la pobreza a millones de mexicanos. Ya entonces se hablaba de una jornada máxima de ocho horas y siete para el trabajo nocturno, y establecía un salario mínimo que cubriera las necesidades básicas de las personas.

A 102 años de la puesta en marcha de nuestra Carta Magna, cabe preguntarse qué necesita México para que la realidad política, económica y social responda a un texto que sienta las bases para garantizar los derechos fundamentales de millones de mexicanos y una vida digna.

 99 Aniversario de la Constitución Mexicana de 1917 (2016). Flickr.