Incitación a la violencia, improperios antigubernamentales y fundamentalismo religioso se combinaron en las protestas contra las medidas de aislamiento social para frenar la pandemia en Indianápolis, capital de Indiana, donde vive su confinamiento el profesor David Mason. Este doctor en ciencias políticas, profesor retirado y autor de libros como The End of the American Century, advierte del papel que juega el presidente Donald Trump en esta amenaza a la democracia en Estados Unidos.

MADRID, España.- “La calle de Illinois se llenó de gente que iba a la mansión del gobernador o volvía de ella para protestar contra las medidas de aislamiento social. Coches iban y venían, pitando. Algunos ondeaban banderas de sus milicias armadas favoritas que decían No nos pisoteen e incluso alguno llevaba armas de alto calibre cargadas. Se oían voces que acusaban al gobernador de “pecador” que tendría que responder ante dios”, contaba el profesor David Mason desde su confinamiento en su casa de Indianápolis, en el ‘Midwest’ de Estados Unidos.

Nuestros líderes, a nivel estatal y federal, tanto Demócratas como Republicanos, tienen que mantenerse firmes, y decirlo en voz alta.

Esto ocurre en un país donde, como él recuerda, más de un tercio de la población cree en un creacionismo incompatible con el pensamiento científico y con las teorías de la evolución. Diversos estudios han analizado el posible aumento del fundamentalismo religioso y de este tipo de creencias en Estados Unidos, según el profesor.

“De hecho han disminuido pero, con este presidente, muchos han ‘salido del armario’”, explica Mason al analizar una actualidad política dominada por la crispación, por el encono, el enfrentamiento, el miedo y la incertidumbre con el componente añadido de casi 60.000 muertos que se suman de mil en mil cada día.

La mentira vuela y la verdad le sigue renqueante de tal manera que es muy tarde cuando las personas se desengañan; la fábula ya surtió efecto cuando la burla ha llegado a su fin como el hombre que idea una réplica aguda cuando ha cambiado de rumbo la conversación o la compañía se ha retirado; o como el médico que encuentra una medicina infalible después de la muerte de su paciente”, dice al citar a Jonathan Swift, pensador irlandés del siglo XVIII y autor de Los viajes de Gulliver, para referirse a las mentiras de Trump. Incluso su partido ha reconocido el resultado de las investigaciones que demuestran la implicación de Rusia en los resultados de las elecciones pasadas y que, para Mason, tenían como objetivo la discordia y la decisión que se presencia en estos momentos en la sociedad norteamericana.

En un principio, Mason consideraba que la pandemia fortalecería la figura de Trump de cara a las próximas elecciones como suele ocurrir con los líderes políticos frente a grandes adversidades como los ataques contra las Torres Gemelas, hace ya casi 20 años. Aunque ya no está tan seguro del resultado de las próximas elecciones de noviembre por lo que considera una gestión desastrosa de la pandemia, pueden no resultar suficientes para echar a Donald Trump de la Casa Blanca su falta de empatía por las víctimas y sus constantes mentiras al contar con un electorado base del 40% que votará por él, pase lo que pase.

Mucho dependerá del Colegio electoral en caso de unos resultados apretados.

Interpreta la derrota de Bernie Sanders en la carrera por convertirse en candidato por el Partido Demócrata para las próximas elecciones en clave de su asociación a la palabra ‘socialista’ una palabra con terribles connotaciones para muchos estadounidenses, acostumbrados a asociar cualquier intervención del estado al demonio comunista.

El principal objetivo era elegir a alguien con suficiente capacidad y apoyo para derrotar a Trump”, dice el profesor Mason, que señala la división social y el ambiente de crispación como dos de los rasgos que separan este momento de otros de gravedad para el país como la crisis económica de 2008 e incluso del 11 de septiembre de 2001.

Trump ha envenenado el ambiente político a niveles nunca antes vistos. No ha mostrado simpatía alguna por los muertos y los enfermos; el colapso económico es peor que la crisis de 2008 y saca a relucir aspectos sobre nuestra desigualdad que permanecían más ocultos y que provocarán una recuperación asimétrica.

En el plano internacional, considera que el gobierno actual aprovecha esta ‘anemia del mundo global’, agravada quizá por el debilitamiento de los propios estados, para debilitar aún más a las instituciones internacionales con decisiones que no sólo perjudican a la lucha contra el coronavirus, sino también el control de las armas y el cambio climático.

“Es lo peor que podía haber hecho”, dice en referencia a la decisión del gobierno de suspender la contribución económica de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque reconoce sus errores a la hora de calibrar esta pandemia, rompe una lanza por la OMS al decir que sorprendió a todos y recuerda el papel fundamental que ha jugado esta organización en la erradicación y contención de otras pandemias.

Aunque en estos momentos estaría celebrando sus Bodas de Oro con su esposa Sharon en Italia si no hubiera llegado la pandemia, prefiere no quejarse y trata de encontrar una rendija para lo positivo. Desde que comenzó la pandemia habla todos los días por video con sus nietas y a una de ellas le ha podido enseñar a tocar el Ukelele.

David Mason

David Mason delante de la casa de Miguel de Cervantes en un viaje a España el verano pasado y, en la derecha, con su esposa Sharon, en aquella ocasión en Mérida, México

“A largo plazo, puede que todo esto contribuya a un necesario cambio en nuestro sistema”, concluye Mason.