Entre otras terribles consecuencias, el Covid-19 está enfrentando a muchas personas a una muerte sin antes recibir muestras de afecto de familiares y amigos.

Por Ángeles Garrido *

MADRID, España.- La muerte de gente conocida como el expresidente del Real Madrid Lorenzo Sanz por COVID 19 en España ha dado mayor repercusión mediática al drama que viven miles de familiares de personas que mueren en soledad  y a la angustia que produce no tener la oportunidad de despedirse del ser querido.

Los rituales funerarios son parte del proceso para expresar sentimientos de dolor por la pérdida de nuestros seres queridos. Estas costumbres permiten recordar la vida de la persona y poder decirle adiós.  Estas tradiciones sirven para estrechar lazos con amigos, conocidos y familia. Nos ayudan a recordar que, pese a nuestra pérdida, tenemos mucha gente que nos aprecia y nos arropa en momentos difíciles. Reunirnos a hablar de anécdotas vividas con la persona fallecida también nos ayuda a cerrar el círculo.

Con el coronavirus mueren miles de personas sin tener el consuelo de despedirse de sus seres queridos, aisladas en un hospital abarrotado de personas en condiciones críticas.  Sus familias sufren en el exterior no sólo por falta de información, sino también por no poder despedirse del ser querido y ver su cuerpo físico por última vez.

Rafaela Pinheiro, psicóloga que vive en Madrid y autora del blog Vivir en positivo, habla de las etapas de duelo por las que pasamos los seres humanos tras la pérdida de una persona, una relación o un empleo.

El acompañamiento de los más cercanos y sus muestras de cariño nos ayudan a ir superando las diferentes etapas del duelo hasta llegar a la aceptación de la pérdida”, dice la psicóloga española y brasileña en alusión a esta situación anormal en la que estos rituales y tradiciones se ven alteradas. Pinheiro afirma que debemos pensar que los funerales y los ritos están siendo postergados en el tiempo y que, al superar la crisis, podremos cerrar el ciclo de despedida.

Etapas del duelo

En estos momentos, morir de cualquier enfermedad en España supone no poder tener un funeral y un duelo en condiciones normales.  El Ministerio de Sanidad ha publicado el “Procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de COVID-19”.  En el contexto del conjunto de medidas de distanciamiento social tomadas a nivel nacional para evitar la expansión del virus, se recomienda suspender los velatorios.

Si a esta medida tan estrafalaria e inhumana le añadimos que por cuestiones sanitarias se prohíbe la reunión de personas, los besos y los abrazos, pasar el duelo resulta muy difícil.

Cuando alguien muere contagiado por coronavirus, la familia no puede verlo, el cuerpo es incinerado según los protocolos establecidos.  Después de varios días reciben las cenizas de su ser querido.  El funeral tampoco puede desarrollarse de manera normal aunque la causa de muerte sea distinta. La profesora de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de UIC Barcelona, Xusa Serra, enfermera de la unidad de acompañamiento a las enfermedades y el duelo del Hospital Universitari General de Catalunya explica que, según el protocolo del COVID 19 en los funerales, solo pueden estar dos personas y 15 personas en la ceremonia de despedida, pero alejadas unas de las otras y sin contacto físico”.

Los expertos sugieren utilizar herramientas tecnológicas para demostrar a la familia que se les acompaña en el sentimiento, que el dolor es compartido.  También nos piden que no dejemos a los niños al margen y que se les explique lo que está sucediendo y ayudarles a escribir o dibujar sobre la muerte del abuelo, abuela, tío o tía.  Esta expresión puede ayudarles a entender mejor la despedida. De momento, nos queda sólo la opción de esperar a que todo vuelva a la “normalidad” y que por fin podamos dar ese abrazo o beso que reconforte la pérdida. El mundo sigue detenido, de momento.

* La autora es participante de Crónicas de México en España, el taller de periodismo de Espacio Méx.


Contacta con la psicóloga Rafaela Pinheiro, entrevistada para este reportaje: vivirenpositivo7@gmail.com

O sigue Vivir en positivo, su blog