Con diálogo y voluntad política, Pedro Sánchez podría contar con los 180 votos parlamentarios que lo han investido presidente de España. Las dificultades surgirán al gobernar con unos Presupuestos Generales del Estado que no son los suyos, sino los del Partido Popular (PP) y Ciudadanos, y que destacan por no hacer nada contra la pobreza y la desigualdad a pesar de que aumentan en el país y lleven camino de devenir crónicas.

Aumentan la pobreza y la desigualdad en España. Así lo ha denunciado Alianza contra la Pobreza y la Desigualdad, organización que agrupa 400 entidades ciudadanas, solidarias y defensoras de los derechos humanos. Según esa ONG, los presupuestos del gobierno del PP para 2018 en modo alguno están a la altura para luchar en serio contra pobreza y la desigualdad. No lo están por la negativa del gobierno del PP y también de Ciudadanos a aumentar las partidas presupuestarias de políticas sociales. Una situación agravada por no tomar medidas para aumentar la recaudación fiscal, especialmente de quienes más tienen, y no tener voluntad alguna de desarrollar una fiscalidad justa, progresiva y suficiente.

Son unos presupuestos cortos a pesar de ser sabido y estar documentado que casi un 30% de la población española está en riesgo de pobreza. Además, las prestaciones de desempleo se reducen cada año y que por tercer año consecutivo se reducirán la inversión y gasto en sanidad, educación, atención a dependientes, protección social, igualdad de género y cooperación. Los datos muestran  que el gasto total en política social respecto al PIB, la riqueza nacional anual, es el más bajo desde 2011.

¿Cuál recuperación?

Informes sobre la verdadera situación económica y social reiteran que, aunque las cifras macroeconómicas digan que España ha salido de la crisis económica, es un espejismo porque persisten pobreza y desigualdad. Ambas han sido provocadas sobre todo por las contra-reformas sociales del PP desde 2011, en tanto que las políticas de austeridad impuestas desde 2010 han aumentado la brecha entre ricos y pobres. De 2008 a 2015, la quinta parte de la población más pobre (20%) ha visto reducidos sus ingresos un 15%. ¿Qué recuperación es ésa?

Se podrá decir que se sale de la crisis cuando la inmensa mayoría pueda llevar una vida digna. Más allá de la macroeconomía, los siete ministerios económicos del gobierno de Sánchez han de afrontar cuestiones que afectan mucho a la vida cotidiana de la gente. ¿Se modificará en beneficio de la clase trabajadora la reforma laboral del PP que, sin duda, ha aumentado la precariedad y la pobreza entre los asalariados? ¿Se hará algo contra esa precariedad y los salarios rebajados? ¿Se tumbará la contrarreforma de las pensiones del PP de 2013? ¿Se establecerán nuevas medidas fiscales para obtener más ingresos y poder abonar pensiones dignas? ¿Se implantarán impuestos a las corporaciones tecnológicas que suelen pagar muy pocos impuestos?

¿Y qué hará el gobierno de Sánchez con las autopistas en quiebra, las radiales de Madrid? ¿Qué pérdidas asumirá el Gobierno por su responsabilidad patrimonial como administración pública? ¿2.000? ¿5.000 millones de euros?

Entre tanto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha de cumplir el objetivo de déficit del 2,2% prometido a Bruselas. Desde el anterior gobierno se daba por cierto que se cumpliría el déficit. Pero la Autoridad Fiscal ha hecho saber que podría haber una desviación de 5.000 millones de euros de lo calculado. Por su parte, el Banco de España y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal española (AIReF) han recordado que cumplir con el déficit supone obligaciones fiscales más exigentes. Lo malo es que esa exigencia fiscal se entiende siempre como reducción de gastos, no aumento de ingresos.

¿Acaso sólo se puede cumplir con el déficit recortando? ¿Qué tal aumentar los ingresos combatiendo el fraude fiscal? ¿O suprimir deducciones y subvenciones del impuesto de sociedades? Algo va mal cuando en 2008 por ese impuesto se recaudaron 44.800 millones de euros, pero en 2016, teóricamente cuando comenzó la recuperación, sólo se recaudó poco más de 21.000 millones. Sin olvidar que las rentas del capital pagan bastante menos que las del trabajo y no tiene por qué ser así.

Aumentar ingresos, no recortar políticas sociales

Lo cierto es que los ingresos públicos flojean más cada año y la solución no es recortar porque lo paga la gente con peor vida y más pobreza. Hay que aumentar los ingresos públicos, la recaudación fiscal. Según el informe Shadow economy and tax evasion in the EU, el Estado español dejó de ingresar 72.700 millones de euros en 2009 por evasión fiscal y por la economía sumergida; una ilícita economía que supone un 18 % del PIB. Y esa tendencia ha ido a más.

Aunque tal vez la cuestión que más portadas ocupará sobre lo que hace o deja de hacer el gobierno de Pedro Sánchez será la crisis con Catalunya. La nueva ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, considera que para superar esa crisis institucional y territorial hay que reformar la Constitución como medida urgente, viable y deseable y renovar así el pacto territorial de España que ahora está en crisis profunda. Meritxell Batet no lo tiene fácil, visto el papel ultranacionalista español que asume Ciudadanos, más el nacionalismo españolista del PP.   A ambos partidos les preocupa ‘la unidad de España’, no que la gente esté bien y pueda llevar una vida digna y libre. Por cierto, lo de la unidad de España era una expresión que el dictador Franco convirtió no solo en lema propio sino en pretexto para la criminal rebelión contra el legítimo gobierno de la República.

No lo tiene fácil el nuevo gobierno, pero en pocas semanas  veremos hasta donde está dispuesto el gobierno de Pedro Sánchez a presentar batalla y a tener en cuenta los intereses de la gente y no los de los de siempre como ha hecho desde su fundación el Partido Popular.