Un centenar de personas asistieron a la inauguración del altar de muertos en el Museo de América. Por 13º año consecutivo, la Colonia Mexicana en Madrid puso corazón y manos para adornar el museo.

MADRID, España.- La fiesta mexicana en el Museo de América empezó con el ballet folklórico del grupo Leyendas de México, que con sus coloridos, sus atuendos y sus bailes representó danzas de la Huasteca, de Oaxaca, de Puebla, de Chiapas, de Veracruz y de Jalisco.

La conclusión de los bailes dio paso a la inauguración del altar de muertos. Por 13º año consecutivo, la Colonia Mexicana en Madrid puso corazón y manos para adornar el museo.

Museos para preservar la identidad cultural

Encarnación Hidalgo, nueva directora del Museo de América, dedicó unas palabras para inaugurarlo en presencia de la embajadora de México en España, Roberta Lajous Vargas y de Elís Pasquel, presidenta de la Colonia Mexicana en Madrid.

Hidalgo habló de los elementos culturales compartidos entre México y España que se dejan ver en los altares de muertos y del sentido que tienen los museos en la sociedad actual.

Asegura que el ser humano tiene, desde hace siglos, la necesidad de coleccionar objetos que tienen un valor.

“No sólo quiere poseerlos. Quiere protegerlos, defenderlos, rescatarlos y pasarlos a sus descendientes. Esto, que era un fenómeno privado, nunca fue tan cerrado. Siempre hubo una rendija para que otras personas pudieran conocer estos objetos y compartir esa experiencia”, dijo ante el público. Se adentró en la evolución de los museos hacia un coleccionismo abierto. 

Por el museo no sólo entran objetos. Entran personas con su forma de ser, su mentalidad, su cultura, sus tradiciones, sus miedos, sus deseos, sus ilusiones. Un museo no sólo es un sitio que atesora objetos, es un espacio de encuentro y de diálogo aunque no siempre estemos de acuerdo”, dijo Hidalgo, que convirtió a la comunidad mexicana en los anfitriones de la celebración.

“El Museo ha actuado como anfitrión que abre sus puertas e invita a sus amigos a que entren por sus puertas. En el momento en que levantemos este cordón que separa a unos y a otros se van a invertir los papeles. El anfitrión será la Colonia Mexicana y nosotros un invitado”, concluyó antes de dar paso a Pasquel, que dedicó palabras de agradecimiento a todos los implicados e invitó al público a presenciar la obra del artista Ugo Martínez Lázaro, que creó una Disgregación estética y objetual de los altares mexicanos y que estará expuesta en el museo hasta el 2 de diciembre.

Un altar contra tópicos y estereotipos

 

El altar de Martínez Lázaro expone por separado cada elemento de los altares de muertos. Se puede ver el pan de muertos, el maíz, las calaveras de azúcar, los chocolates, las velas, los huesos y otros elementos ornamentales de un enterramiento.

Martínez Lázaro dedicó este altar deconstruido a la maestra Elsa Malvido, que desarrolló teorías alternativas a las aceptadas en los círculos intelectuales.

“Se trata de proponer un altar desconectado de generalidades nacionales, tópicos y estereotipos aceptados y buscar un nuevo conocimiento que plantea profundas diferencias. A partir de esas diferencias construimos una identidad menos nacional pero más universal”, dice el artista mexicano que lleva 15 años en Madrid.

Recital y delicias mexicanas

La presidenta de la Colonia Mexicana en Madrid dio paso después al recital de las hermanas Guzmán. Mientras Acoyani tocaba un instrumento de cuerda típico del son jarocho y cantaba, su hermana melliza recitaba versos relacionados con la tradición del Día de Muertos llenos de color, de vida y de rabia en rebeldía contra la tristeza de la muerte. Terminado el recital, el público se acercó al altar y se puso en fila para degustar los tamales, el pan de muerto y el resto de delicias mexicanas que les esperaban.