Rosario Ruíz Fernández recorrió varios países hasta conseguir su sueño en Córdoba, España. Su restaurante mexicano, ‘Sonora Querida’, es resultado de la cocina, su verdadera vocación que aprendió de la mano de su abuela Carmen, su mamá y su tía Calita que regentaban una casa de desayunos, comidas y cenas en el Valle del Yaqui, en Sonora.

CÓRDOBA, España.- Sonora querida tierra consentida de dicha y placer… Adolfo de la Huerta.

Desde el Valle del Yaqui, específicamente Bácum, la Ingeniero civil Rosario Ruíz Fernández deja su Sonora querida para establecerse en otra tierra no menos calurosa y acogedora.

Su profesión, antes de llegar a Córdoba, al Sur de España, la ha llevado a Estados Unidos al contratarla una empresa española por tener el español como lengua nativa. Ahí mismo conoce a su ahora esposo cordobés.

Su periplo continúa por Polonia y Sudáfrica hasta conseguir su objetivo, un restaurante mexicano que es resultado de la cocina, su verdadera vocación que aprendió de la mano de su abuela Carmen, su mamá y su tía Calita que regentaban una casa de desayunos, comidas y cenas en el Valle del Yaqui.

Haber crecido entre fogones le ha hecho heredar las recetas de su tía Calita, desde la elaboración de las tortillas de harina para los burritos hasta los frijoles puercos, el pozole y la machaca, especialidades de sonorenses que está introduciendo en su restaurante, Sonora Querida, ubicado en la zona del Tablero- Brillante.

Los motivos mexicanos, sus sombreritos y guitarras; y su atuendo- blusa- tradicional mexicana, su incienso de savia, le dan un toque agradable a este sitio diseñado con exquisito gusto.

Su carta abarca tacos dorados, chilaquiles, guacamole, enchiladas, tacos suaves de diferentes gustos, destacando la cochinita pibil y desde luego las tostadas y los burritos. Acompañadas con salsas tatemadas y molcajeteadas por ella misma de los propios productos orgánicos de su huerto; toda suerte de chiles, tomates y jitomates. Inclusive, la machaca la ha deshidratado en un horno traído desde Sudáfrica.

Los frijoles puercos y su salsa de aguacate son un manjar. Ha incluido el Pozole porque unas clientas que no han visitado México lo han visto en las telenovelas mexicanas.

“Al cliente lo que pida” nos dice Rosario con amplia sonrisa y mejor actitud.

La comida es acompañada de diferentes tequilas, cervezas de aquí y de allá y margaritas y micheladas. Dice que en breve traerá Bacanora de Sonora.

De momento nos presenta como postre un exquisito pastel de tres leches e irá incorporando hasta capirotada de la receta que en ese momento le llega de una amiga de Sonora por “wasap”.

Grata experiencia gustativa en el Sonora Querida de la cocina de los fogones de Rosario Ruíz, que se sigue preparando ahora en Gestión de Restauración para ofrecer un mejor servicio al público local y extranjero de Córdoba.

Y como dijera su abuelita, “cuando comes amor eres”.