Como ocurre con otros productos gastronómicos, México ha heredado de España el gusto por el turrón, sobre todo en estas épocas navideñas. Este producto se produce principalmente en Jijona, un pueblo con muchas tradiciones y costumbres árabes. Se ubica en la provincia de Alicante, una tierra de almendros, hierbas aromáticas como el romero y tomillo, y en la que se hace recolección de miel.

En su larga vida el turrón ha sido reclamado por diversos pueblos, pues nació en algún lugar del Mediterráneo y poco a poco se extendió hasta consumirse ahora en los 5 continentes. La costumbre de mezclar almendras tostadas con miel la llevaron los árabes o judíos a España.

La fama de Jijona responde a siglos de producción y venta del turrón blando, creado en el siglo XIX y distinto a todos los demás turrones. En 1914, Jijona contaba ya con 25 industrias que vendían turrón al extranjero.

Hasta ahora esta tradición de elaborar turrón se relaciona a las fechas navideñas, en las que se mezclan los sabores con las emociones en compañía de los seres queridos.

Foto: Adriana Juan Durán

Son 2 clases de turrón las que llevan denominación de origen, el turrón de Jijona (blando) y el turrón de Alicante (duro). Las principales características de estos turrones son sus excepcionales valores nutricionales. Son un alimento de gran poder energético con vitamina E, ácido fólico y linoleico, rico en glúcidos, grasas vegetales y proteínas.

En su receta tradicional se elaboran con miel, azúcar, almendras Marcona y clara de huevo, ingredientes totalmente naturales y de gran calidad. Además de que no llevan conservadores ni colorantes, es por esto que se convierte en un postre delicioso y nutritivo para el organismo con muchos beneficios para nuestra salud.

La elaboración del turrón empieza escaldando al vapor las almendras para quitar la piel; luego se secan y se seleccionan las enteras para el turrón de Alicante y las rotas se muelen para el turrón de Jijona. Posteriormente se realiza la cocción de la miel y elñ azúcar a temperaturas de 140ºC en unas calderas provistas de agitadores. Cuando se alcanza el punto deseado, se añade la almendra y se continúa la mezcla en caliente. Después viene el moldeado en caliente, con la adición previa del resto de los ingredientes, ya que el turrón solidifica rápidamente. Por último, se empaqueta y almacena.

Al día de hoy estas tierras siguen festejando las fiestas de moros y cristianos, en las que desfilan por las calles con trajes típicos y música típica. Se dice que Jijona es un lugar donde se vive la navidad los 365 días del año, siendo la cuna del turrón.

Además de disfrutar de la gastronomía que nos ofrece la provincia de Alicante, no podemos dejar de visitar sus principales atractivos turísticos, que en Jijona son el Museo del Turrón, el convento Franciscano de la Virgen de Orito, la ermita de Santa Bárbara, así como las fiestas de moros y cristianos. Y en la capital de Alicante disfrutamos un recorrido por del casco antiguo, el puerto, la explanada de España y el Castillo de Santa Bárbara del s.XIII, que es declarado Monumento Nacional Histórico-Artístico.