El aislamiento por el coronavirus ha despertado la parte más creativa y solidaria de muchas personas en España. Acoyani Guzmán Bárcena, poeta, escritora y dramaturga mexicana en Madrid, recita poemas a quienes llaman al número gratuito Poesía de Emergencia. Muchas personas se ofrecen para hacerle la compra a personas mayores sin olvidarse de su propio bienestar con clases de yoga online, aplicaciones y recursos varios, o con la cerveza virtual que comparten con amigos con herramientas como Skype o Hangouts.

MADRID, España.- Sólo hace falta un teléfono para que la voz de Acoyani Guzmán Bárcena y el resto de poetas colaboradores de Poesía de Emergencia (659861032) te recite unos versos para ahuyentar la soledad. Esta poeta, escritora y dramaturga mexicana ha encontrado en su poema Escapar un compañero para compartir con personas que viven el encierro en Madrid en tiempos del coronavirus.

Otros voluntarios de esta iniciativa creada en Barcelona por Eduardo Bernal y Federico Nieto hacen lo mismo en Barcelona, Valladolid, Granada y Avilés. Las llamadas desde el resto de ciudades se contestan en función de la disponibilidad de los voluntarios. El protocolo va de la siguiente manera: al contestar dicen poesía de emergencia, buenos días (o tardes o noches), el nombre del poema, el poema en sí, el autor y un agradecimiento de despedida, sin posibilidad de interactuar.

“He tenido experiencias maravillosas”, dice Guzmán Bárcena al recordar la vez que, al terminar, oyó a una multitud darle las gracias y se dio cuenta de que el teléfono estaba puesto en altavoz para que muchos pudieran disfrutar de la poesía. A veces oye guitarras de fondo al otro lado de la línea y, en una ocasión, le emocionó el llanto femenino de una mujer después de que leyera Desaparecer, un poema dedicado a las mujeres desaparecidas en México.

Poesía de Emergencia contactó con ella por medio de Escaparate de poesía, de Sergio Escribano. La poeta mexicana acaba de ganar el Poetry Slam de Lavapiés con el mismo poema que tanto le funciona en estos días de confinamiento.

Guzmán Bárcena asegura que esta iniciativa ha transformado la dinámica de su vida diaria.

Me saca de mi novela, de mi poema, me acompaña. Es como un training poético. Jamás pensé que me fuera pasar algo así. Es hermoso, mágico.

Además de Escapar, en los últimos días ha recitado versos de Animalario, el poemario que está a punto de publicar con la editorial Huerga y Fierro y que enfrenta a los animales con el ser humano, aunque también los une.

Otras iniciativas para afrontar el aislamiento por el coronavirus

Los gestos de solidaridad individual se empezaron a multiplicar en España hace unos días. Comenzó con personas que se ofrecían para cuidar de los niños de padres que entonces no tenían la opción de trabajar desde casa. Después comenzaron a circular por Instagram iniciativas de personas que se ofrecían a hacerle la compra a personas mayores. La Comunidad de Madrid acaba de habilitar una guía de recursos con canal de voluntariado.

La Comunidad de Madrid abre  un registro de personas voluntarias que puedan prestar ayuda a la población que más lo necesita  ante el coronavirus. Esta medida permitirá canalizar la solidaridad individual de la sociedad madrileña y lograr un mayor impacto entre la población más vulnerable al COVID-19.

Las muestras de solidaridad y empatía de la sociedad española en tiempos de dificultad eclipsan las muestras de egoísmo individual que también han circulado en forma de videos y memes. Centenares de miles de personas salieron anoche y la noche anterior a sus balcones a una hora acordada para aplaudir y agradecer el trabajo de médicos y enfermeros de la sanidad pública por su extenuante labor en una emergencia sanitaria que ha de marcar un antes y un después en nuestra sociedad.

La creatividad de las personas y el instinto de supervivencia se han activado tras el cierre de bares, restaurantes y espacios públicos junto con la prohibición de circular por el Estado de Alarma decretado por el gobierno de España para limitar al máximo los contagios ha activado. Al frente de Studio Kundalini Yoga, la profesora Paz Castro ha habilitado clases y sesiones online de yoga Kundalini y Hatha, así como de meditación, algunas de ellas gratuitas, por medio de la aplicación Zoom. Ante la prohibición de ir al gimnasio, acudir a clases colectivas o salir a correr, empiezan a circular videos, enlaces con rutinas de ejercicios cardiovasculares y entrenamientos de alta intensidad que se pueden hacer dentro de casa. Aplicaciones como Freeletics tienen abiertos algunos contenidos gratuitos.

Coronavirus - Skype

De esta manera pueden mantener una forma que perderían si sólo mataran el tiempo con series de Netflix o con ciberquedadas que permiten programas como Skype o Hangouts. Tan sólo basta acordar una hora para compartir con los amigos unas cervezas delante de una pantalla. A falta de un contacto físico irremplazable, muchos españoles sobreviven así a las restricciones impuestas para reducir la curva de contagio y volver lo a antes posible a la “normalidad”.


Escapar

Acoyani Guzmán Bárcena

Habría que escaparse caminando muy lento.

Habría que saberlo hacer con mucho ruido.

Escaparse de nuestros propios inventos,

escaparse del presente,

escaparse de las palabras

que nunca dicen tanto como lo que nos decimos con un vino tinto o dos.

Habría que escaparse llenos de espanto al pensar en la posibilidad de no hacerlo,

habría que comerse hasta las uñas del otro

con tal de quedar saciados de un modo más sensato,

habría que cortarse los cabellos y entrelazar nuestros cuerpos con ellos y escapar. Escaparse por si acaso,

escaparse en azoteas con techo y al aire libre,

en pasillos estrechos resguardando secretos,

habría que escaparse a las escaleras de todos los lugares y bares,

caerse sin querer queriendo por las calles,

escaparse en un espacio común y en miles de ellos,

en los cajeros,

en los supermercados,

en los silencios siempre,

escaparse entre la duda para que se olvide de si misma,

escaparse sobre las ganas contenidas de quedarse ,

escaparse en el tormento de dañar,

habría que irse muy lejos a recorrer más historias como estas,

escaparnos de nosotros mismos para olvidarnos de nuestros nombres y tener menos líos, habría que escaparse, sin duda,

escaparse sin libros, ni siquiera tres, escaparse.

Escaparse como profesionales,

escaparse como magos,

sin referencia alguna,

de modo macabro,

como gitanos,

escaparnos en todos los idiomas,

escape, escape, escape.

Échapper, evadare, effugium.

Escapemos.

Hagamos de este verbo algo necesario y mítico.

Desmenucemos sus consecuencias para que ya no tenga juicio,

hagamos miles de escapes en una sola huida

y millones de huidas en un solo escape,

en una sola noche.

Noche.

Escapemos de todo menos de la noche.

Llevémosla guardada en el bolsillo

para que nadie nos quite el placer de tenerla aunque nos muramos de hambre.

Viajemos al futuro finalmente y escapemos de noviembre,

escapemos fingiendo que no nos damos cuenta,

escapemos con una paleta en la boca disimulando inocencia,

escapemos aunque sea sin mirarnos de frente,

llenos de veneno en las sombras pero llenos de victoria.

Habría que escapar un día de estos por si no contamos con el tiempo,

escapar sin más, así, escapar y ya.

Revueltos en un incendio,

confundiéndonos entre los peces,

cayéndonos del cielo con todo y lluvia,

como tu quieras,

pero escapemos en el momento preciso para no quedarnos solos,

solos, solos el uno del otro.

Escápate por tus venas,

escápate conmigo agarrado de tu risa,

escapemos por el flujo inquisitivo que brota de respirarnos,

escapemos aunque nos cansemos en el intento.

Habría que hacerlo un día de estos,

habría que hacerlo todos los días,

hacerlo todo el tiempo de modo que lo olvidemos,

escapar,

para dejar de escapar.