En unas grabaciones publicadas por medios españoles, quien fuera “amiga íntima y entrañable del rey emérito”, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, revela presuntas comisiones, intermediación en negocios y testaferros a favor del Rey Emérito Juan Carlos I. Mientras, España no deja de arrastrar problemas serios y graves de pobreza y desigualdad.

 

Por Xavier Caño Tamayo

Recién se ha recordado que, en 1977, el hoy Rey emérito Juan Carlos I envió una carta al Sha de Persia, Reza Pahlevi, en la que le pedía diez millones de dólares para ayudar a la candidatura de Adolfo Suárez a vencer a Felipe González del PSOE en las primeras elecciones generales tras la dictadura franquista y así reforzar la débil monarquía. Esa carta del entonces rey fue citada en 2009 en el libro Adolfo Suárez: ambición y destino del periodista Gregorio Morán, pero antes se había publicado en las memorias de Asadollah Alam, primer ministro de Irán de 1962 a 1964.

Por si ese recuerdo no fuera bastante asombroso, portadas de diarios y sumarios de informativos televisivos y radiofónicos destacan estos días unas declaraciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, empresaria alemana de origen danés que pretende ser princesa, y cuya aparición en los medios es frecuente desde 2006 por su presunta relación sentimental con el rey Juan Carlos I de España. Corinna le organizó al entonces rey safaris en África y lo representó ante magnates, altos dignatarios y empresarios rusos y de Arabia Saudita. El calibre de las declaraciones de la señora Corinna ha movido a los grupos parlamentarios de Unidos Podemos, Compromís, PdeCAT y Bildu a solicitar que Juan Carlos I acuda a una comisión de investigación del Congreso. Para explicarse.

Pagando por la austeridad impuesta

En los últimos días han salido a luz unas grabaciones en las que Corinna habla de presuntas comisiones, intermediación en negocios y testaferros en favor de Juan Carlos I. Y, mientras se conocen estas revelaciones de quien fuera según algunos medios “amiga íntima y entrañable del rey emérito”, España no deja de arrastrar problemas serios y graves que afectan a mucha gente. Como el aumento que no cesa de la desigualdad y el crecimiento de la pobreza, legados infames de los gobiernos del Partido Popular, pero también fruto de la blandura política del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el inicio de la crisis ante las implacables exigencias de austeridad de la Unión Europea.

Si nos referimos a la pobreza, España es el séptimo país del mundo con mayor proporción de trabajadores pobres, según un informe de la OCDE. De los más de 190 estados del mundo, sólo tienen mayor proporción de trabajadores con empleo, pero pobres, China, India, Costa Rica, Brasil, Turquía y México. Además, España es el único país europeo de la OCDE entre los diez primeros países del mundo con trabajadores pobres. Eso es pobreza.

Además de la innegable pobreza, en España, según el informe Premiar el trabajo, no la riqueza, de Oxfam Intermón, el 10% de personas más ricas del país posee más riqueza que el 90% restante y solo un muy minoritario 1% de población española (menos de 50.000 personas entre 46 millones) acapara la cuarta parte de la riqueza nacional. Es decir, tanto como un cuarto de billón de euros. El informe citado señala a España como el tercer donde más ha crecido la diferencia entre ricos y pobres en la Unión Europea desde 2007. Eso es desigualdad.

El crecimiento no asegura la vida digna de la mayoría

Esta desigualdad y pobreza tienen mucho que ver con la impuesta política europea de austeridad presupuestaria que significa rebajas más que considerables en presupuestos sociales y recortes en los servicios públicos que satisfacen los derechos humanos de la ciudadanía. Recortes impulsados por la neoliberal obsesión de reducir el déficit público de los estados miembros de la Unión Europea al precio de que la mayoría viva peor.

Esta obsesión responde a los intereses y apetitos del minoritario sector financiero europeo que ansía mantener y aumentar su multimillonario negocio de prestar a los Estados y cobrar elevados intereses. ¿Cómo explicar de otro modo que las normas de la UE prohíban que el Banco Central Europeo preste directamente a los Estados de la Unión de no ser para asegurar el negocio de los banqueros?

En teoría, la nefasta política de austeridad alienta el crecimiento. ¿Promueve el crecimiento? Más bien al revés, sobre todo si se considera que el crecimiento en sí no asegura la vida digna de la mayoría de población. Según varios estudios en los que destaca el de Oxfam Intermón, la austeridad impuesta retrasa la verdadera recuperación, aquella que notaría en su vida cotidiana la inmensa mayoría ciudadana.

Ya en los años ’80 y ’90 del siglo pasado, los países de América Latina y África, que aplicaron las recetas de austeridad impuestas por el FMI, lo pagaron caro con el empobrecimiento general de sus poblaciones… aunque mostraran buenas cifras macro-económicas. Pero las mejoras que no llegan a la gente común no son tales, por mucho que lo proclamen estos números que en realidad indican que la minoría de siempre se ha apropiado de muchos más, ha ganado más, y para ese viaje no hacían falta alforjas.

Además, la situación se complica y empeora para la gente normal cuando se afianza la economía sumergida, riqueza que escapa al control del Estado, riqueza que no paga impuestos. Según el sindicato de técnicos de Hacienda, GESTHA, el paro y la corrupción disparan en España una economía sumergida que supone la evasión fiscal de 60.000 millones de euros al año. En España no hay estimaciones oficiales de economía sumergida y la única referencia es la del Parlamento Europeo en 2012: casi el 25% del PIB español es economía sumergida; siete puntos más que en 2008 y casi la cuarta parte de la riqueza nacional que en dinero es cerca de un cuarto de billón de euros cada año. Mucho dinero.

Sin voluntad para conocer la economía sumergida

Por ser necesario conocer el volumen de la economía sumergida, se solicitó al Instituto de Estudios Fiscales del ministerio de Hacienda que aportara personal y medios para un estudio de la realidad de esa economía ilegal. Pero el instituto no mostró mucho interés. Por su parte el cuerpo de Inspectores de Hacienda del Estado quiso elaborar un informe sobre la sumergida actividad económica, pero lo abandonaron por falta de apoyo institucional y económico.

Si volvemos a la innegable pobreza en este país, una de cada cinco personas (casi 22% de población) vive en pobreza, con menos de 8.522 euros al año. Sobrevive, pues eso no es vivir, con menos de 710 euros mensuales y, además según UNICEF, el 31% de niños y niñas en España (2.300.000) vive en pobreza. Una cifra elevadísima.

Recordemos además que, según la última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, la pobreza impide alimentarse bien a más de 700.000 hogares españoles, la mayoría con niños. Esos millones de ciudadanos no pueden comer cada dos días carne, pollo o pescado, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, y eso tiene malas consecuencias para el crecimiento. Y no pueden sencillamente porque no tienen dinero para comprar esos alimentos. Y ya son tres años seguidos en este país con malos datos de alimentación. ¿Cuando se abordará en serio acabar con la pobreza y la desigualdad?


*Las opiniones expresadas en los artículos de opinión responden única y exclusivamente a las del autor, no a Espacio Mex, que solo pretende ser una plataforma para dar voz a todas las sensibilidades y opciones ideológicas.