“Todavía no gobiernan y ya insisten en convencernos de que están de atar. Lo están logrando”, sostiene el ex diplomático Bernardo Graue Toussaint  a propósito de unas polémicas declaraciones de Alejandro Solalinde, asesor de Andrés Manuel López Obrador, sobre un posible enfrentamiento armado si se hubiera producido un fraude electoral.

Por Bernardo Graue Toussaint

Continúan los despropósitos discursivos del presidente electo López (como la ocurrencia de cambiar de nombre a la SEDESOL, por el hipercursi nombre de “Secretaría del Bienestar”).

Su círculo cercano igualmente se encarga -un día sí y al siguiente también- de mostrarnos el perfil de lo que será el próximo gobierno. Son algo así como el gabinete Misión Imposible, por aquello de que hablan y se autodestruyen. Nunca pensé que alguien pudiera superar la incontinencia verbal de Vicente Fox. Pues ya vemos que sí.

Lo preocupante no es que los colaboradores cercanos del presidente electo López digan tonterías (que ya acumulan bastantes en tan corto tiempo desde las elecciones) sino que, además, digan barbaridades que, para colmo, pudieran resultar ciertas.

Uno de los asesores de más confianza de AMLO es el hiperprotagónico sacerdote y activista Alejandro Solalinde (en un velorio quiere ser más importante que el difunto y, si va al ballet, desearía ser la bailarina).

Pues bien, gracias a esa cercanía es que el padre Solalinde fue propuesto por el presidente electo López para encabezar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Y fue el propio Solalinde quien falazmente había anunciado haber tenido contacto con el EZLN -en representación de AMLO-, lo que los zapatistas terminaron por desmentir con una carta por demás lapidaria.

 

Esta semana, el clérigo (en una perla más de su rosario de torpezas), concedió una entrevista al diario español El País, intitulada: En caso de fraude en México, se preparaba el enfrentamiento armado.

Pregunta del reportero: “¿Pensó que habría fraude?”

Respuesta de Solalinde: (textual) “Sí, pero por sorpresa no fue así. Porque estábamos al límite. Mi percepción es que había muchas cosas preparadas para un enfrentamiento armado. Nunca lo había dicho, pero se estaba preparando algo serio. Pero, oh sorpresa, el pueblo se volcó a las urnas para decir quiero el cambio y López Obrador va a ser un pastor que va a dar la vida por sus ovejas”.

A ver, a ver…

¿Uno de los personajes de mayor confianza de AMLO confiesa que de verdad se estaba preparando un enfrentamiento armado?

¿Se estaba preparando “algo serio”, como afirma Solalinde?

¿Sabía AMLO de estos “preparativos” para un enfrentamiento armado en caso de un presunto fraude (o de derrota, da igual)?

¿Cuando AMLO nos dijo en campaña que si había fraude electoral él no “amarraría al tigre”, era porque precisamente conocía de esos presuntos preparativos a los que se refiere el padre Solalinde? ¿Quién iban activar el enfrentamiento armado? ¿AMLO?

A ver, a ver…

El PRI presumió antaño que, gracias a ellos, en México estaba garantizada la “paz social”. Los mexicanos escuchamos hasta el hartazgo esa retórica amenazante durante décadas.

Ahora, viene MORENA (en voz de Solalinde asesor del Presidente electo, el ex priista López), a decirnos que “grupos armados” estaban dispuestos a un enfrentamiento violento para defender las victorias electorales de AMLO, pero que (Aleluya, Aleluya y 50 veces Aleluya), gracias a la decisión masiva de las ovejas del rebaño (los mexicanos) y al celestial liderazgo de AMLO (nuestro pastor) dicha acción armada fue conjurada.

Resulta entonces que nosotros debemos gratitud eterna a MORENA y a “nuestro amado líder nacional, esperanza de los pobres, amigo de los empresarios y azote de la mafia del poder” (NALNEPAMEAMP, por sus siglas), es decir, al Presidente electo López, por la misma “paz social” que antes decían tutelar los tricolores.

Todavía no gobiernan y ya insisten en convencernos de que están de atar. Lo están logrando.

graue.cap@gmail.com