La corrupción y la violencia en México por un lado y la apuesta de China por la educación, la investigación y la tecnología, por otro, se han convertido en factores de peso para la ventaja que el gigante asiático ha sacado en el mercado estadounidense y en el sector de manufacturas desde hace años. Así lo sostiene el periodista Daniel Méndez Morán en 136: El plan de China en América Latina, su recién publicado libro y en esta primera parte de su entrevista con Espacio Méx.

Leer segunda parte de la entrevista: China en América Latina: ¿posible aliado y alternativa a Estados Unidos?

MADRID, España.- “Hay una relación mala, no ambivalente”, dice Daniel Méndez Morán sobre China y México en lo que incluso considera una animadversión racista contra todo lo chino que percibió durante su visita dentro de una gira que lo llevó a varios países de América Latina. Junto con sus siete años vividos en Pekín, este viaje y su paso por México inspiraron la publicación de 136: El plan de China en América Latina.

Su recién publicado libro, que puede comprarse tanto en versión impresa como en Kindle, dedica un capítulo a México, que comienza con el viaje de Jiang Zemin a México en los años ’80 para conocer cómo se había desarrollado ahí el sector de manufacturas implantarlo en su país. Esto se contribuiría a lo que el autor llama “la tormenta perfecta”, que también incorpora como ingrediente las políticas agresivas de atracción de empresas a partir de los ’90, sobre todo en los sectores tecnológicos y textiles, para que se instalaran en el gigante asiático. Otros países asiáticos han seguido el mismo camino y se convertirán en competencia, lo que debería interpretarse como señal de alarma en México desde su punto de vista.

También habla de la competencia por el mercado de Estados Unidos, “lo más doloroso” para México. En 2001, casi un 90% de las exportaciones mexicanas acababan en Estados Unidos. Cuando China entra en aquel entonces en la Organización Mundial del Comercio, empieza de forma progresiva a superar a México en las exportaciones al vecino del norte. La competencia por el mercado interior mexicano se ha convertido en otro componente de la tormenta.

El déficit de México con China desde el año 2000 es brutal”, dice el autor en referencia a que ahí se produce más del 70% de déficit comercial de América Latina con China.

Causas de la pérdida de competitividad de México respecto a China

Entre las ciudades que visitó, Méndez Morán estuvo en Chihuahua, en Hermosillo y en Tijuana para conocer el sector manufacturero. Considera que México ha fallado en la falta de competitividad de su industria, cuyo éxito se basó durante muchos años en su proximidad física con Estados Unidos, lo que considera una ventaja.

Pero no puede ser la única”, dice al mencionar la necesidad de invertir en educación, en infraestructuras, en investigación. En pocos años se han revertido los índices de competitividad de ambos países, con una caída en picada de México y un ascenso progresivo de China.

También habla de la necesidad de limpiar las instituciones para acabar con la corrupción y con la violencia.

Los niveles de violencia son inaceptables. Un país no puede ser próspero con esa violencia y esa corrupción. Quien quiere montar un negocio tiene muchos problemas.

Por otro lado, la dependencia que México tiene de Estados Unidos se mitiga con una diversificación, algo que empieza a hacer en sus incursiones en otros países de América Latina.

Otra oportunidad perdida para México ha consistido en no aprovechar la inversión extranjera para que sus empresas “se suban al carro” y se conviertan en proveedoras como sí lo ha hecho China.

México invita a las empresas para que vayan a la frontera y manden sus cosas a Estados Unidos, pero eso no genera industria local”, dice en referencia a empresas automovilísticas como Ford. En contraposición, China ha invitado a empresas con condiciones de transferencia de tecnología y de alianza con compañías locales en apoyo a la industria local. A esto se han sumado incentivos, alianzas con universidades, financiación, créditos blandos. En parte, el crecimiento de gigantes como Huawei y Lenovo se explican por este tipo de incentivos.

Ensamblar no es muy buen negocio, aunque China tenga una gran industria de manufactura. Sin embargo, procura que sus empresas se metan en las cadenas de producción.

Para establecerse en China, muchas empresas se vieron obligadas a crear sociedades 50% chinas y 50% extranjeras.

Dragon Mart como síntoma de una mala relación entre México y China

El periodista español colaboraba con el diario Reforma cuando se produjo la tensión entre ambos países por el Dragon Mart, un proyecto de megacentro en Puerto Morelos, Quintana Roo, para exhibir productos textiles y de electrónica sobre todo.

La inversión equivalía a la de un hotel de 4 estrellas. Si lo veías desde fuera parecía un proyecto inocente que China apoyaba para ayudar a sus pequeñas empresas. Pero se convirtió en un auténtico polvorín”, dice el periodista, que atribuye gran parte de la oposición al proyecto a lo que consideraban una amenaza para el Hecho en México. Las movilizaciones alertaban de una posible destrucción de empleo y de industria, además de una amenaza para el medioambiente que movilizó a muchas ONG.  Las comunidades locales esgrimieron un fuerte discurso contra la inmigración china.

Para el autor, en el fondo de todo estaba el trauma generado entre los mexicanos por la competencia china y los estragos que ha generado en la pérdida de negocios y de puestos de trabajo.

Se paralizó el proyecto después de que interviniera el gobierno por incumplimiento de medidas medioambientales”, dice el periodista sobre algo que resultó doloroso para China al tener una autopercepción de país, en contraposición a Estados Unidos, que vela más por los intereses de los países en desarrollo en el panorama internacional, de “potencia más amable”.

Pero China no ceja en sus ambiciones basadas en la doctrina de Money first, basada en una economía eficiente que toma los aprendizajes que dejó el colapso de la URSS e incluso el derrumbamiento del PRI después de 70 años en el poder, según le contaba al periodista un diplomático mexicano que pasó años en el país donde gobierna desde 1949 un Partido Comunista que ha simpatizado y quizá se identificaba con el partido tricolor.


Fotos:  Daniel Méndez Morán