Los papeles femeninos de las series emitidas en horario de máxima audiencia en España sólo suman un 36% del total, según un estudio de Artistas mundiales. Estas series no superarían el test de Bechdel, surgido en el siglo XX para medir la igualdad en las películas y que necesita una actualización ante la revolución audiovisual que se ha vivido en años recientes.

Por Javier J. González Sánchez

En 1985, la dibujante Alison Bechdel creó un personaje que regía su criterio para ver películas por tres principios: que la cinta incluyera al menos dos personajes de sexo femenino, que ambos compartieran al menos una escena y que mantuvieran una conversación que no tratara sobre ningún hombre. Este criterio dio lugar al conocido como test de Bechdel, que mide si una obra se puede considerar igualitaria en la representación de hombres y mujeres.

Grandes joyas de la gran pantalla como El Padrino, El Resplandor, o sagas de masas como Harry Potter o el Señor de los Anillos, no han podido tachar estas tres condiciones para considerarse igualitarias. Sin ir más lejos, los dos grandes titanes de este año, Joker y El Irlandés no pasan el test de Bechdel, por su ausencia de personajes femeninos relevantes.

Igualdad de género en plataformas de streaming y series

Cuando Netflix sumaba unos 139 millones de usuarios en 2019, estos consumían 164.8 millones de horas diarias de contenidos, según un estudio de la CNN. Necesitaríamos más de 32.000 horas para ver todo el contenido de la plataforma, de acuerdo con otro estudio, realizado por The Times. Pero ¿Cuánto de este contenido superaría el test de Bechdel?

Series con un espectro de público amplísimo como Como conocí a vuestra madre o The Big Bang Theory pasarían el test sin problema. Pero el argumento de estas sitcom está lleno de momentos en los que las mujeres son invisibilizadas  por los personajes masculinos o donde están carentes de pensamiento crítico hacia la masculinidad tóxica. Lo que demuestra que le test de Bechdel no es sólo ineficaz, si no que ha quedado anticuado para filtrar el contenido audiovisual no igualitario.

En España los papeles femeninos de las series emitidas en horario de máxima audiencia sólo suman un 36% del total, según un estudio de Artistas mundiales. Los investigadores analizaron más de 700 personajes y descubrieron que no sólo la representación femenina era mínima, sino que el colectivo LGTBI tenía una representación del 2%.

Opciones para actualizar el test de Bechdel

Aunque grandes obras del cine no cumplen siquiera con estos tres principios básicos, muchos autores especializados en los medios audiovisuales sostienen que el test de Bechdel está anticuado y que una película o serie que lo supere no garantiza que sea igualitaria en la actualidad.

En 2017 el portal FiveThirtyEight planteó a varias mujeres relacionadas con el mundo audivisual cuál sería una forma adecuada de analizar los contenidos para comprobar la igualdad en ellos.

Entre las propuestas destacaron sugerencias como la de Rory Uphold, actriz y directora que sugería que se debían comprobar detrás de las cámaras si el 50% de los miembros del equipo en una película o serie era mujer. Kimberley Peircel, directora de Boys don’t cry, propone que se analice si hay personajes femeninos con ciertas capas emocionales y deseos con los que el espectador puede empatizar. Por su parte, La guionista Noga Landau sostenía que una cinta fallaba en el momento en que el desarrollo de un personaje femenino consistía en morir, fastidiar la historia del protagonista masculino o quedarse embarazada.

Estas opciones parten de la idea de la gran influencia que tiene el cine y la televisión en nuestro día a día, sobre todo en los más jóvenes. Muchas jóvenes han crecido sin conocer, o teniendo que buscar entre la testosterona tóxica, a personajes femeninos fuertes, independientes y seguros en las pantallas. Las nuevas generaciones necesitan que Bechdel quede atrás para dar paso a Uphold, Peircel o Landau.