Recorremos la capital de México de la mano de Carlos Miguélez, periodista mexicano que vive desde hace 13 años en España. A bordo del Turibús nos cuenta la historia de los principales monumentos y rincones de la CDMX, con recuerdos personales y una recomendación de alta gastronomía mexicana. 

Tengo pocos días para disfrutar de la Ciudad de México (CDMX) y decido hacer un recorrido del Turibús de la CDMX, que ofrece cinco circuitos: Centro Histórico, Chapultepec-Polanco, Sur-Coyoacán-San Ángel, Basílica-Plaza de las Tres Culturas y Parque la Mexicana-Santa Fé. El viajero puede subirse y bajarse en cualquiera de las paradas de cualquiera de las cinco rutas, interconectadas en distintos puntos.

Como me quedo cerca de la salida a Cuernavaca, camino hasta el centro de Tlalpan, donde se encuentra una parada de la ruta Sur. Para comer en el centro de la ciudad tenemos que ir hasta la parada de Fuente de la Cibeles, en la Colonia Condesa, y ahí cambiar a la ruta del Centro Histórico. 

Ciudad Universitaria y Coyoacán

Pasamos por la Casa de la Moneda, un edificio con mucha historia, hoy una escuela pública secundaria. Ya en la Avenida Insurgentes, la más extensa de América Latina con 30 kilómetros de largo, empieza a ganar terreno la nostalgia al pasar por el espacio físico donde estaba la Escuela de Lancaster, donde cursé casi toda mi educación, desde la primaria hasta que terminé la preparatoria.

En Ciudad Universitaria viví muchos momentos de infancia y de juventud, como cuando mi amigo Alonso me enseñó el imponente y enigmático Espacio Escultórico. Nos adentramos hacia donde está el Museo Universum, un museo de las ciencias que visité más de una vez de niño y donde personas de todas las edades pueden tocar todo en una experiencia de aprendizaje interactivo.

Pasamos por el Estadio Olímplico Universitario, al que asistía para ver a mis Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM). Ahí se celebraron los Juegos Olímpicos de 1968, poco tiempo después de la represión estudiantil que dejó miles de muertos y detenidos y que fue escenificada en la película Rojo Amanecer, que vi en el Lancaster con María Teresa Gutiérrez, “Miss Tere”, la maestra que me hizo leer a Gabriel García Márquezy que me inculcó la pasión por las letras y por el periodismo.

Divisamos por la Sala Nezahualcóyotl, a la que me llevaron mis padres para ver un concierto de Chopin, mi primer contacto con la música clásica y, más adelante, pasamos junto al Museo Universitario de Arte Contemporáneo, que visité hace unos años con Miss Tere.

Llegamos después a Coyoacán, una de las zonas más emblemáticas de la ciudad por su belleza y por su historia. En los jardines de la plaza principal correteaba con mi hermano y con Carlos Herzberg, mi mejor amigo de la infancia, cuando mi papá nos llevaba a cenar tortas. Cerca de ahí se encuentra el Museo de Frida Kahlo, uno de los iconos de la cultura, el arte y la historia de México.

Colonias Condesa y Roma

Nos acercamos a la Colonia Condesa, donde podemos ver el Parque España, un punto de encuentro de muchos “defeños”, donde muchas personas pasean y hacen deporte, y que conmemora la acogida que dio México a miles de españoles que huyeron durante la Guerra Civil, en la época del presidente Lázaro Cárdenas.

Llegamos después a la Colonia Roma, construida a principios del siglo pasado en los Potreros de la Romita. La megafonía nos explica que se la llamaba la romita a esa zona porque a un párroco italiano le recordaban a su Roma natal. Pasamos por la Plaza Río de Janeiro, donde se encuentra una réplica del David de Miguel Ángel. Las colonias Roma y Condesa se han puesto de moda por su ambiente en un entorno lleno de parques, de vegetación y de espacios donde pasear, lugares dónde comer y pasarlo bien. Los temblores que sacudieron a México en 2017 derrumbaron y dañaron algunas construcciones, pero los estragos no tienen nada que ver con los que se produjeron por el temblor de 1985, al que tengo grabado en la mente por las imágenes de las noticias.

Llegamos a la fuente de la Cibeles, donde se encuentra la parada donde vendrá el turibús de la línea que nos lleva al Centro Histórico. Esta fuente es una réplica exacta de la que se encuentra en la calle de Alcalá, en Madrid.

Hacia el Centro Histórico

Si existiera en México un equivalente a la fuente de la Cibeles en Madrid para celebrar los triunfos deportivos nacionales, ése sería el Monumento a la Independencia, conocido como El ángel, que conmemora el movimiento de independencia de España que empezó en 1810 y que culminó en 1821. Además de la belleza del monumento, destaca su localización como punto cardenal que une a la Avenida Insurgentescon el majestuoso Paseo de la Reforma, que combina siglos de arte, cultura, negocios y ocio. Destacan el Museo de Antropología, una joya para conocer una parte importante de la historia de México, el Museo de Arte Contemporáneoy el Bosque de Chapultepec, donde se encuentra un castillo con el mismo nombre.

Al acercarnos al Zócalo pasamos por la Glorieta de Colón, por el Hemiciclo a BenitoJuárez (uno de los pocos presidentes indígenas en la historia de América Latina) y por el imponente Palacio de Bellas Artes.

Alta gastronomía mexicana como broche de oro

Comimos en Azul Histórico, un restaurante del chef Ricardo Muñoz Zurita, considerado uno de los 24 mejores de Latinoamérica con distintos premios y autor de varios libros. Creó la beca con su nombre para jóvenes interesados en la investigación gastronómica.

No nos decepcionaron los escamoles (huevos de hormiga) con tortillas tricolor de maíz, hechas a mano, y unos deliciosos tacos de lechón, típicos de Quintana Roo. El mesero nos trajo una salsa de chile habanero apta sólo para los amantes del picante por si queríamos ponerles a los tacos. Probamos también un pescado Tikin Xic, plato típico yucateco.

Esta experiencia culinaria se disfruta en un entorno lleno de luz natural, plantas y espacio abierto en un edificio antiguo pero impecable que cuenta además con tiendas donde se puede comparar artesanía mexicana, licores típicos, dulces y muchos otros productos.

Alfombras de jacaranda: de vuelta al sur de la CDMX

De vuelta al Sur volvemos a ver el Monumento a la Revolución, pero esta vez más de cerca, y muchos otros monumentos. Pasamos por la Plaza de Toros México, la más grande del mundo, contigua al Estadio Azul.

El World Trade Center se muestra imponente con un fondo de cielo crepuscular que cierne su filtro de luz sobre la vegetación de la Avenida Insurgentes y calles aledañas, que en realidad caracteriza a toda esta ciudad fértil. Por todos lados se ven alfombras púrpuras debajo de las jacarandas que pierden sus flores y que ofrecen un espectáculo en toda la Ciudad de México.

No anochece aún cuando pasamos por San Ángel y Plaza Loreto, recurrentes puntos de encuentro en mis años de adolescencia qué sólo viven en los recuerdos de una ciudad cambiante. El viaje en turibús ofrece un primer acercamiento para elegir dónde concentrar las fuerzas en los días que dure la visita a una ciudad con tanto que ofrecer. Los “exiliados” de México encontramos una medicina para curar un poquito nuestra nostalgia.

Turibús CDMX: precios, horarios y circuitos

Circuitos 1, 2 y 3: 9:00 – 21:00, todos los días

Circuito 4: 9:00 – 19:00, todos los días

Circuito 5: Sólo sábados y domingos desde Fuente de la Cibeles o Parque la Mexicana (Santa Fe)

Se puede pagar en efectivo o con tarjeta.

Lunes a viernes – 160 pesos mexicanos (unos 7 euros)

Fines de semana y días festivos – 180 pesos (unos 8 euros)

* Los niños pagan la mitad.

El turibús ofrece megafonía con explicaciones en distintos puntos de interés que permiten conocer o re-conocer lo más destacado de la historia de la ciudad, así como la posibilidad de adquirir auriculares con opciones de otros idiomas.