Dos proyectos ayudan desde España a pequeños productores cafetaleros en México. Uno es Ensueño Mixteco, el único café 100% mexicano, artesanal y gourmet que se vende en este país. El segundo, EthicHub, permite conseguir financiación mediante criptomonedas a agricultores indígenas de Chiapas.

Como sucede con el vino, la calidad de un buen café depende de muchos factores. Cada paso en el proceso de cultivo, recolección del grano, empaquetado, conservación y tueste es fundamental. Como lo es también la forma de prepararlo, la máquina utilizada, el agua y hasta la forma de servirlo de cada camarero.

De todo esto sabe mucho Christiane Gual. Es la responsable, junto a su esposo Pablo, de Ensueño Mixteco. El primer café 100% mexicano, artesanal y gourmet, que se comercializa en España desde el año 2012.

Todo empezó en un avión. Teníamos la inquietud de traer algo mexicano a España.  En aquel vuelo, íbamos platicando y había una revista con un artículo muy interesante sobre los productores de café y todas las dificultades que tienen por falta de ayudas del gobierno, escasos medios para el cultivo, los problemas que tienen para la comercialización y venta, etcétera”, recuerda.

“En aquel momento, año 2012, no había en España café mexicano y ahí decidimos iniciar el proyecto”, dice la directora de Ensueño Mixteco.

En apenas tres meses consiguieron poner en marcha Ensueño Mixteco. Un café cultivado en la Sierra Norte de Puebla (concretamente en Xicotepec de Juárez), a mil 200 metros de altura, y cuyo proceso artesanal es trabajado por 69 comunidades indígenas.

“Cuidan cada detalle al máximo, y eso hace que nuestro café esté muy mimado. Al ser una pequeña producción nuestro producto es muy exclusivo y diferente, y eso al final se nota en el sabor”, dice Christiane, quien reconoce que las condiciones geográficas de la zona ayudan a potenciar su café.

“La altura a la que se cultiva es muy importante porque la cereza, que es como se llama al fruto del cafeto, a mayor altura tarda más en madurar. Y como sucede con la uva, se potencia mucho más el sabor cuanto más tarda en madurar”, indica la directora de Ensueño Mixteco.

Hoy su café se vende en más de 40 restaurantes gourmet de España, sobre todo restaurantes mexicanos pero también españoles que cada vez se interesan más, según Christiane, por un café diferente. También venden en algunos de los principales supermercados gourmet e incluso por internet a particulares a través de Amazon.

Un éxito que está ayudando a mejorar las condiciones de vida de los agricultores que lo cultivan en México, personas iguales a los protagonistas de aquel reportaje del avión que les motivó a poner en marcha Ensueño Mixteco. “Nosotros les pagamos directamente a ellos, sin intermediarios ni cooperativas que luego sacan beneficio por vendérselo a grandes multinacionales. Con nosotros consiguen un mayor beneficio con el mismo trabajo”.

En la actualidad importan media tonelada al mes de café en grano que se tuesta en Valencia. Su objetivo ahora es expandirse a otras zonas de cultivo en México como Nayarit, Chiapas y Oaxaca.

“Nos encantaría seguir creciendo para que ese cambio en las comunidades productoras pueda ser más significativo. Poder ayudar a más familias y seguir ofreciendo un café muy diferenciado, el único 100% mexicano en España”.

Criptomonedas para financiar café mexicano

Ayudar a conseguir financiación a los pequeños productores de café en México, a través de criptomonedas y tecnología blockchain, es el objetivo de la plataforma EthicHub, un proyecto desarrollado recientemente por mexicanos y españoles y que está a punto de ponerse en marcha.

“Nosotros lo que hacemos es crear una red social para que inversores de países desarrollados, empezando en España y Europa, puedan financiar a productores de café que están desbancarizados, que no tienen acceso a fuentes de financiación tradicionales”, afirma Jori Armbruster, nodo coordinador de EthicHub.

Conocen perfectamente el mercado del café y también las grandes dificultades que enfrentan los pequeños productores. Jori gestionó en el pasado una finca de café y su socio ya ha financiado a más de 8 mil productores. Ya tienen una oficina instalada en Tapachula, Chiapas, y han seleccionado a los primeros nodos locales que ya están trabajando con las primeras comunidades de pequeños productores.

“Los pequeños productores solo tienen acceso a créditos en efectivo que son carísimos. Sus costes de financiación son de entre el 5 y el 20% mensual. Lo que hacemos es que los inversores puedan obtener una alta rentabilidad y que los agricultores paguen mucho menos. Buscamos un ‘win-win’”.

A los inversores les ofrecen una rentabilidad del 15% para compensar la percepción de riesgo que tienen para invertir en México. Del otro lado, los productores consiguen bajar los costes de financiación a una tasa del 27% anual. La diferencia son un 4% para el nodo local, un 3% para un fondo de garantía frente a eventuales impagos, otro 3% para el mantenimiento y promoción de la plataforma EthicHub (sin ánimo de lucro) y un 2% para las casas de cambio que convierten las criptomonedas en dinero real.

“Hay muchísimas barreras que impedían que esto haya podido hacerse antes”, dice Armbruster. Entre otras, cita trabas legales y sobre todo las grandes comisiones bancarias sobre las transferencias internacionales y el tipo de cambio de euros a pesos.

“Gracias a blockchain y las criptomonedas esto es mucho más fácil ponerlo en marcha.  Blockchain lo que permite es que, a través de un contrato inteligente, un europeo te pueda prestar personalmente dinero sin que tengamos que pasar por bancos e intermediarios”.

“Ni siquiera nosotros. Nosotros solo nos consideramos una red social, un tablón de anuncios donde esos agricultores hacen una solicitud de crédito”.

Después de un año trabajando en la puesta en marcha del proyecto, en la selección de nodos, inversores y productores que cumplen los requisitos para poder optar a la financiación, EthicHub está ultimando los detalles para poder empezar a operar.

“Ya tenemos una base de usuarios, una comunidad entorno al proyecto esperando que comencemos a operar. Habiendo demostrado que el sistema funciona perfectamente con el café, la idea es extrapolar el modelo a otros productos agrícolas y a otros países”.