Considerada la primera mujer mexicana guitarrista de flamenco, Andrea Salcedo se encuentra en España desde marzo para perfeccionar su técnica y empaparse de la cultura flamenca con el fin de devolver a Chicago y a Ciudad Guzmán, donde nació y creció, todo lo que he ha permitido empezar a materializar su sueño de niña.

Galería de Fotos: Andrea Salcedo

MADRID, España.- La guitarra con la que Andrea Salcedo cautivó a su público en el festival Ellas crean y después en la gala de los primeros premios Mexicanos aquí, en Madrid, tiene la firma original de Paco de Lucía.

La primera mujer mexicana guitarrista de flamenco soñó con ese momento incluso desde antes de subirse por primera vez a un escenario con tan sólo diez años para tocar la guitarra en Ciudad Guzmán natal, la ciudad en la que creció y a la que llaman “cuna de grandes artistas” porque ahí nacieron Consuelo Velázquez, Juan José Arriola, Rubén Fuentesy José Clemente Orozco.

Siempre se imaginaba lo que le diría a su ídolo, al gran maestro, si tuviera ocasión de conocerlo. Pero se quedó muda al verse deslumbrada por la luz que irradiaba el día que se apoyó en el bailaor El Farru, a quien conocía, para llegar hasta su ídolo en el Chicago Symphony Center, donde ofreció un concierto que cambió la vida a la familia Salcedo, sobre todo a ella y a su hermano Hugo.

No cabía en mí misma. Era magia desde el momento que entró. Sentí todas las emociones.

De Ciudad Guzmán a Chicago

Tenía 10 años cuando me subí por primera vez a un escenario”, cuenta Salcedo. Hermana de Hugo, Diego y Braulio, los cuatro hermanos tienen vena musical, pero quizá la mayor influencia en su familia provenga del mayor, que le contagió la pasión por Paco de Lucía, por Vicente Amigo y por la guitarra.

Una vez conseguido lo básico en el aprendizaje de la guitarra en su tierra natal, Chicago ofrecía toda una nueva dimensión en ese aprendizaje. Tenía 15 años cuando se empezó a formar con el maestro Jesús de Araceli, aunque también asistía a un conservatorio para niños los sábados en la Merit School of Music. Accedió después a la Northern Illinois University, donde obtuvo su título universitario en guitarra clásica, aunque ya con la mente puesta en España para perfeccionar su formación en guitarra clásica.

Formarse en la cuna del flamenco para devolver a México y a Estados Unidos lo que ha recibido

La guitarrista flamenca mexicana sueña con devolver, por medio de la música, lo que ha recibido desde niña en Ciudad Guzmán, Jalisco, y en Chicago, donde emigró con su familia en busca de una formación más completa. Vino a España hace unos meses para perfeccionar su técnica con Aquilino Jiménez, conocido como ‘El Entri’, y para empaparse de la cultura musical en la misma cuna del flamenco, “una forma de vida” mucho más allá de un simple género musical según cuenta la artista mexicana.

Aprendes cómo viven, su idiosincrasia. Ellos enseñan que entre más grande eres, más sencillo tienes que ser. Paco de Lucía, a quien tuve el privilegio de conocer, era la persona más sencilla.

Además de los videos de tablaos flamencos que comparte en sus historias de Instagram se pueden ver conciertos de jazz y otros géneros musicales. Poco a poco, Salcedo ha empezado a materializar su sueño de vivir de la música y de tocar en distintas partes del mundo.

De Madrid le cautiva poder ver flamenco en un tablao cada vez que tiene ganas de aprender y apreciar matices nuevos, algo que no le da el festival anual de Chicago, que dura un mes.

Al poco tiempo de aterrizar en Madrid se le presentó la oportunidad de tocar en el festival Ellas crean.

Llegar aquí y llegar a tocar en un festival tan importante fue como un sueño. Tengo mucho que agradecer a Antonio Benamargo y a Concha Hernández por ayudarme a hacer realidad ese sueño.

Asegura Salcedo sentirse como en casa en Madrid, donde se siente bien recibida.

A veces siento que llegué ayer pero llevo desde marzo. No hay un momento en que no me sienta en casa. La gente es muy linda, me recuerda mucho a México.

Hace unas semanas estuvo en Praga, donde ofreció varios conciertos. La invitó un amigo al que conoció en un festival llamado Guitarra encounters en Pilsen, un barrio en Chicago fundado por checoslovacos y ahora uno de los hogares de la comunidad mexicana.

Al terminar su experiencia en España, después de pasar unas semanas en Córdoba en el verano, de viajar a Colombia para una gira y de volver a Madrid para continuar su formación, le gustaría crear en Chicago una escuela certificada de guitarra flamenca que permitiera a sus alumnos tener una experiencia en España para formarse como lo está haciendo.

Quiero llevar desde aquí a los mejores maestros y yo tocar mi guitarra por todo el mundo. No es tan fácil encontrar buenos maestros como los que he tenido.

Nostalgia de una infancia feliz en Ciudad Guzmán

Como les ocurre a la mayor parte de los mexicanos, la familia y la comida componen el núcleo de lo que más extraña una guitarrista que deja ver cierta nostalgia de su infancia.

Tengo muy bonitos recuerdos que no podría tener si hubiera crecido en Estados Unidos. Conocí a todos mis vecinos, no pude tener mejor infancia.

Conserva incontables recuerdos vinculados a la música y a la familia, inseparables el uno del otro. Los domingos jugaba fútbol en el parque ecológico Las Peñas, aunque asegura que no heredó de sus padres el don que ellos tenían como jugadores de tenis, como jugador de fútbol él y de volleyball ella.

Empujada quizás por esta nostalgia, tiene ganas de tocar en México, donde existe una gran afición al flamenco y abundan músicos como Fernando Martínez Peralta y Daniel Pimentel, con los que aprendió su hermano.

Flamenco y música: una forma de vida

Me levanto y estoy pensando en la música. No es tocar y regresarte a tu casa como puede ocurrir en otras profesiones. No es conseguir un puesto de trabajo, en la música no vas a un sitio y te lo dan. Hay que buscarse la vida.

Sin embargo, asegura que esto te da la posibilidad de fijarse sus propias metas y llegar a donde se proponga. Además, cuenta con el apoyo de su madre como manager para liberarle tiempo y permitirle concentrarse más en la música que en la promoción.

A pesar del grado de dedicación e implicación, considera compatible el arte con formar una familia.  

Mexicanos con mucho que aportar en Estados Unidos

Salcedo ha vivido más años en Estados Unidos de los que vivió en México. Su mejor amiga en Chicago es china, una muestra de la multiculturalidad que tanto le gusta de la llamada ciudad del viento. Sin embargo, considera que ha habido tiempos mejores.

Es momento de que los mexicanos y los latinos mostremos todo lo que hacemos y aportamos, que no somos criminales. Vamos a la universidad, estudiamos, trabajamos, pagamos impuestos. Esto debe inspirarnos para mostrar lo que hacemos y nuestros valores de familia. En algún momento se creó un estereotipo que no corresponde con la realidad.

Recuerda la guitarrista que cada vez hay más mexicanos y con mejor preparación, preocupados por estudiar, ir a la universidad. Considera los millones de pesos que se envían desde Estados Unidos a México en concepto de remesas una muestra de la vocación del mexicano de devolver algo a su comunidad, la importancia que le da a no olvidar sus orígenes.

Me gustaría hacer algo y devolvérselo a la comunidad. Vivir de tocar la guitarra, crear espacios al hacerlo. Si voy a un sitio y funcionan las cosas, ese sitio se abre para mí y para los demás.


Fotos de Carlos Miguélez Monroy salvo las de la infancia, concedidas por la entrevistada