“En todos los países hay inseguridad y las mujeres, desgraciadamente, somos más vulnerables ante atacantes y violadores. Pero la diferencia radica en la confianza y la sensación de seguridad que tenemos al dejar salir a nuestras hijas”, sostiene Ángeles Garrido en este artículo sobre las ventajas para muchos mexicanos de vivir en España con la situación de violencia que se vive en México.

 

Por Ángeles Garrido.

MADRID, España.- Podría casi asegurar que la mayoría de los mexicanos venimos a España de forma temporal. Muchos llegamos para estudiar con la idea de volver, pero nos quedamos porque valoramos la seguridad y la libertad que, desafortunadamente, en México no tenemos muchas veces.

El perfil más característico del inmigrante mexicano es de adultos de edad media, provenientes de clase media-alta, concentrados en Madrid, Barcelona y Sevilla. Muchos son los casos de estudiantes de posgrado que construyen relaciones laborales y/o sentimentales que los conlleva a quedarse en España”, según el profesor José Ramón Santillán Buelna, que estudia desde hace años los perfiles de mexicanos en España.

De los 24.225 mexicanos censados en España en 2018, 14.889 somos mujeres (60%),  según el Instituto Nacional de Estadística.Si la mayoría procedemos de una clase media, media-alta y al dejar México no sólodejamos atrás amigos, familia, una red social y una vida acomodada, ¿por qué nos quedamos en España?

Seguridad en España, inseguridad en México

Sobre todo las mujeres vivimos un cambio radical. Algunas compartirán conmigo ese recuerdo de las primeras veces que salieron “de marcha” por Madrid con sus amigas o compañeros de clase, la sensación de poder caminar por la calle de noche sin miedo a que las secuestraran o asaltaran, de poder volver en metro a casa por la madrugada, algo que no tiene precio.

Por el contrario, en México, cuántas veces no habremos hecho lo que fuera por salir un sábado porque nuestros papás no nos dejaban salir de casa sola o sólo acompañada de nuestras amigas. Pero no es sólo que nuestros padres fueran sobreprotectores, sino que también las cifras de violencia y ataques a mujeres en México han aumentado de forma alarmante en los últimos años.

De acuerdo con datos oficiales, la Ciudad de México tiene el inicio de año (2018) más violento del que se tenga registro. En enero el número de carpetas de investigación abiertas por homicidio doloso alcanzó los 143 casos, más que cualquier otro enero del que se tenga información. Es un incremento de casi 80% respecto al mismo mes del año pasado.

Además, las denuncias por violación se multiplicaron por cinco y la incidencia de casos denunciados de robo a pasajeros en el interior del Metro creció 365%. Esto entre otros incrementos, según una nota sobre violencia publicada en Animal Político.

En todos los países hay inseguridad y las mujeres, desgraciadamente, somos más vulnerables ante atacantes y violadores. Pero la diferencia radica en la confianza y la sensación de seguridad que tenemos al dejar salir a nuestras hijas. Los chicos y las chicas quedan para dar un paseo por la Gran Vía, comer en el Burger o simplemente para sentarse en un banco del parque para charlar. Mis amigas y familiares de México me dicen que ni en sueños dejarían a sus hijas ir y volver en metro a ninguna parte.

Sacrificios para la libertad

Para tener esta libertad, muchos hemos renunciado a poder ver a nuestras familias por años y perdernos bodas, bautizos y comuniones, junto con muchos otros momentos importantes.  Aunque podamos estar en contacto instantáneo con nuestra gente gracias a Internet, hay momentos en que la distancia pesa y mucho. Cuando te llaman para decirte que tu madre está hospitalizada o alguien muy cercano muere te das cuenta de que nos separa el ancho Océano Atlántico.

Otras veces, el precio será tener que faltar al trabajo y quedarnos en casa cuando los niños estén enfermos o que nuestro esposo no pueda visitarnos en el hospital cuando algo nos pase porque se tiene que quedar con los niños y no tenemos la misma red familiar y social. Pero te detienes a meditarlo y todo queda compensado por la sensación de LIBERTAD.  Y no sólo la libertad que te da vivir en una sociedad segura en la que puedes confiar en la policía, sino también la libertad de expresarte, de sentir, de crecer y opinar. Ojalá la violencia y la inseguridad fuesen erradicadas en México. Muchos regresaríamos con nuestros seres queridos sin dudarlo.