Unos 30.000 estudiantes se concentraron ayer frente al rectorado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para exigir seguridad y repudiar la violencia, luego de la agresión de un grupo de presuntos porros que dejaron dos heridos graves.

A 50 años del movimiento estudiantil de 1968 y casi veinte de los paros masivos de 1999-2000, los alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) vuelven a movilizarse. Según cifras del gobierno de la CDMX, 30.000 de ellos marcharon ayer miércoles de forma pacífica hasta la explanada del rectorado para exigir seguridad y repudiar la violencia en la Universidad.

La movilización formó parte de un paro de 24, 48 y 72 horas, secundado por 41 escuelas y facultades de la UNAM, como respuesta a un conflicto cuyo origen se remonta al pasado 27 de agosto. Ese día, según reportaron medios locales, estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de Azcapotzalco realizaron una concentración para denunciar la escasez de maestros y la presencia en de porros, como se denomina a grupos de estudiantes radicales a los que históricamente se les ha vinculado como agrupaciones que defienden los intereses de la Unviersidad y las autoridades, en ese centro educativo.

Al día siguiente, precisamente uno de esos grupos violentos atacó a estudiantes que mantenían su protesta en el CCH de Azcapotzalco, hechos que provocaron la renuncia de la directora del centro, María Guadalupe Márquez.

El tono se elevó el pasado lunes, 3 de septiembre. Los estudiantes del CCH de Azcapotzalco protestaban ante la Rectoría de la UNAM, en Ciudad Universitaria, cuando de nuevo grupos de porristas los atacaron con piedras, palos y artefactos incendiarios. Como resultado del ataque dos estudiantes resultaron gravemente heridos y hospitalizados con lesiones severas. Se trata de Emilio Aguilar Sánchez, alumno de la Preparatoria número 6, y Joel Meza García, de la Facultad de Filosofía y letras.

“Como rector de la Universidad comparto el enojo la indignación y el repudio que se está expresando en asambleas y reuniones en los distintos recintos universitarios”, indicó al día siguiente el rector Enrique Graue Wiechers. La Universidad tomó medidas, anunció la expulsión y los nombres de 18 presuntos porristas adscritos a la UNAM que participaron en la agresión del lunes.

El rector añadió que las denuncias de los hechos ya fueron presentadas a la procuraduría y que se procederá ante quienes resulten responsables por actos de acción o de omisión. Asimismo, se comprometió a tomar “una acción definitiva que erradique para siempre estas oscuras y cobardes agresiones”.

“Tenemos evidencia de que entre los agresores se encuentran grupos que se hacen llamar ‘Treinta y dos’, del CCH Azcapotzalco; ‘3 de marzo’, del CCH Vallejo; la ‘Federación de Estudiantes de Naucalpan’ y otras organizaciones de vándalos conocidos como grupos porriles, que al servicio de intereses externos a nuestra Universidad han asolado nuestras instalaciones en el bachillerato, y que vemos hoy penosamente reaparecer, manifestó el rector Graue.

“Esos son grupos de provocadores que obedecen a intereses ajenos a la Universidad y que, evidentemente, pretenden desestabilizarla para crear un clima de inseguridad e incertidumbre”, añadió rector, quien manifestó su disposición al diálogo y se comprometió a presentar un nuevo plan de seguridad para el próximo mes de octubre.

Precisamente para pedir seguridad y repudiar la violencia se produjo la marcha de 30 mil alumnos ayer frente al rectorado, entre gritos de “¡Fuera porros de la UNAM!”.

Al mismo tiempo, la rectoría de la UNAM calificó como “aceptables y entendibles” los siete puntos de un pliego de demandas presentado ayer por los estudiantes del CCH de Azcapotzalco y reiteró su voluntad para “dar solución a los problemas que aquejan a la comunidad universitaria”.