Babelia, con sede en Barcelona y Madrid, ha tenido que aplicar un expediente regulador de empleo para muchos de sus profesores después de que 48 empresas-cliente de un total de 102 cancelaran sus cursos durante los primeros días del Estado de Alarma. Extrapolable a otras academias, empresas y ciudades españoles, esta ‘nueva normalidad’ obliga a la enseñanza de idiomas a reinventarse.

Análisis de Carlos Miguélez Monroy *.

MADRID, España.- Justin Nagy y Dean Allen, al frente de Babelia, dinamizaron un encuentro virtual con algunos de sus profesores para hablar de la adaptación de las actividades ante esta situación. Para ese encuentro utilizaron Go To Meeting, una plataforma online similar a Zoom y otras que han llegado para quedarse y que se utilizan en la enseñanza de idiomas. No sólo ahorran tiempo y dinero, dos elementos que ganarán peso en un escenario de actividad económica post-coronavirus, sino que además permiten sortear las restricciones de movilidad en una nueva “normalidad” que empieza a cobrar forma.

Clases de idiomas online

Algunos de los profesores que participaron en el encuentro afirmaron que, contrario a lo que esperaban, la asistencia a clase en muchos de sus grupos había incrementado durante el confinamiento, en parte por el aumento de tiempo disponible. También influyó la necesidad de encontrar actividades que contribuyan a romper la monotonía del encierro y unas condiciones que facilitan una gestión del tiempo adaptada a la realidad de cada persona.

Academias como Babelia y empresas que ofrecen servicios de idiomas se enfrentan al desafío de encontrar nuevos clientes entre las empresas que se mantengan con vida cuando empiece a funcionar el engranaje de la economía. Cabría esperar cambios en el mercado ante nuevas limitaciones presupuestarias, de plantilla y de condiciones laborales, pero también nuevos desafíos y motivaciones para aprender idiomas y para adquirir competencias lingüísticas en un escenario de transformación.

Para adaptarse con éxito al escenario post-coronavirus, el sector de la enseñanza de idiomas necesitará alinearse a las nuevas realidades y necesidades de sus clientes en cuanto a plantillas de trabajadores, de horarios y de materiales para mantener el nivel docente y de enfoque del aprendizaje. Tanto responsables de estas academias como algunos de sus profesores que tengan contactos profesionales tendrán que hacer un trabajo de escucha y de investigación para tomar el pulso de estas nuevas necesidades de estos clientes potenciales.

Nagy y Allen adelantaron el desarrollo de un aula virtual que permita a profesores compartir entre ellos y con sus alumnos recursos para una mayor variedad, calidad y riqueza en los materiales para clases más dinámicas y mejor adaptadas a las necesidades de cada grupo o de clases individuales. Por otro lado, requerirá de compromiso y esfuerzo compartido entre profesores para no poner la carga de este trabajo de creación de materiales siempre en las mismas manos y mentes.

También se planteó la necesidad de organizar seminarios formativos para profesores orientados a compartir experiencias, materiales, metodología y conocimientos útiles en la enseñanza de idiomas. El abanico intergeneracional entre los propios profesores plantea la oportunidad de compartir fortalezas propias de cada generación, como puede ser la facilidad para manejar recursos tecnológicos, para implementar alguno de los métodos de enseñanza más eficaces o para explicar aspectos gramaticales más complejos.

Los profesores coinciden en la creciente necesidad de diseñar clases que mantengan el interés de sus alumnos. Para eso conviene reforzar las labores de analizar las necesidades de aprendizaje y, sobre todo, la capacidad de escucha para entender alinear estas necesidades a las motivaciones, a las dinámicas de grupo o la personalidad de los alumnos en clases individuales.

Los profesores que van a empresas para dar clases asumen el enfoque de negocios que buscan los departamentos de recursos humanos de sus clientes con el fin de aprovechar ese aprendizaje para sus propios objetivos comerciales, de atención al cliente, de marketing y de dirección.

Estas competencias no están reñidas con el diseño de clases que incorporen temas de actualidad y de cultura, que utilicen la música, las series de televisión y otras herramientas para mantener el interés de cualquier persona que se ponga a aprender idiomas. La interacción con contrapartes, clientes y proveedores que hablan otros idiomas va más allá de simples presentaciones sobre objetivos y presupuestos, de intercambiar pareceres por teléfono, de elaborar un informe o de plantear una queja por un producto defectuoso.

Enseñanza de idiomas en España

Las llamadas y los encuentros, por muy virtuales que puedan ser en un futuro, generan conversaciones sobre la vida cotidiana en una interacción entre seres humanos con muchas más cosas en común y con una necesidad de sentirse cómplices y de comunicarse. La enseñanza de los idiomas en un nuevo escenario no puede mantenerse ajena a esta necesidad de conocer y de compartir.

* El autor es periodista y profesor de inglés en empresas como Artsana/ Tecnilatex, MPO y CIMD, en Madrid